La divisibilidad de Bitcoin o por qué la tortuga y Aquiles recorren todo el camino.

Por Juanferrero
Una de las diferencias que hay entre las teorías económicas que no se toman en serio el origen y naturaleza del dinero con aquella  que si lo hace, es la teoría de la liquidez (la Escuela austríaca, al menos la parte que defiende una teoría del dinero más radical contrapone la preferencia temporal, a la preferencia de la liquidez, precisamente porque la liquidez del dinero está en el valor de la unidad monetaria, no en que la moneda sea buena unidad de cuenta). La liquidez es un concepto que tiene que ver con el uso efectivo en el intercambio de mercancías, y es la liquidez de algunas mercancías las que permiten el cambio indirecto. Pero este cambio indirecto no ha de hacernos olvidar que el tercero que permite tal cambio no deja de ser una mercancía, aunque quizá haya dejado atrás su valor de uso intrínseco por el valor de cambio.
El dinero, por tanto, cuando lo es, ha de cumplir tres funciones (idealmente) y que efectivamente las cumple con dificultades: medio de intercambio, depósito de valor y unidad de cuenta. En el caso de este último si una unidad monetaria con características concretas (vaca, onza de oro, montón de sal, euro, bitcoin...), tiene el máximo grado de liquidez en un mercado, su apreciación como unidad reclamará una mayor divisibilidad para comprar cualquier cosa (sea esta unidad la que sea). La distinción real de la moneda es la unidad concreta (montón de sal u otra), y la posibilidad de que la liquidez pueda ser efectiva no consiste en "crear" nuevas unidades sino que éstas puedan dividirse indefinidamente, lo que crearía la "peligrosa" deflación frente a la inflación que supone la creación de nuevas unidades monetarias (sea vía creación efectiva, o mediante deuda).
Y si la moneda pierde valor no radica en su capacidad de división indefinida como es el caso del bitcoin, sino que radica en que las unidades no son apreciadas por los usuarios.
La unidad no es un número, la unidad es un concepto, un valor también, y los conceptos se determinan real y completamente en los usos que hacemos. El aumento de las unidades de dolares, a las que acostumbra la reserva federal,  supone que un dolar es un concepto depreciable y despreciable, del que nos deshacemos con él sin mucho apego, que no pretendemos atesorar (en la época de la burbuja el ahorro en EEUU era inexistente o  negativo).
Por tanto, para entender elucubraciones como las de Zenón, y si Aquiles, o la tortuga son capaces de recorrer una cantidad de  camino en tal cantidad de tiempo u otra, antes se ha visto a tortugas recorriendo efectivamente esos caminos como Aquiles también los recorrió como otro humano cualquiera. Las unidades monetarias son reales, en la medida que han sido practicadas, como se practican los caminos.
La aporía de bitcoin, o su paradoja, es que simula mejor que ninguna otra moneda el valor de  lo que hemos hecho, lo que hacemos realmente cuando manejamos dinero pero bitcoin no será dinero, no alcanzará su valor real (que no precio) si seguimos las simulaciones de aquellos que siguen pensando si Aquiles pillará a la Tortuga, ideando para ello cantidad de problemas matemáticos para encontrar tal solución (acabar con la crisis, por ejemplo).