Agosto 21La división del trabajo
En la universidad norteamericana de Stanford se realizó un revelador experimento sobre la relación entre el hombre y su función.Los psicólogos reclutaron algunos estudiantes blancos, de buena educación, buena conducta y buena salud física y mental.El vuelo de una moneda decidió quién sería carcelero y quién sería prisionero en una cárcel ficticia, inventada en los sótanos de la universidad.
Los prisioneros, desarmados, eran números sin nombres. Los carceleros, nombres sin números, llevaban cachiporras.Parecía un juego, pero desde el primer día los que hacían el papel de carceleros empezaron a sentirle el gustito. El permiso para ir al baño sólo se otorgaba tras mucho rogar, los presos dormían desnudos en el piso de hormigón, y en celdas de castigo, sin comer ni beber, pagaban la insolencia de hablar en voz alta.Golpes, insultos, humillaciones: poco duró el experimento. No más que una semana. En el día de hoy de 1971, se dio por concluido.