Frecuentemente vemos asociado o relacionado el término de catarismo con movimientos gnósticos o esotéricos.
Pero, realmente, habría que buscar en que punto se inicia esta relación. Si buscamos en los textos y tratados gnósticos o esotéricos anteriores al siglo XIX no encontraremos absolutamente ninguna mención sobre el catarismo en ellos.
Sin embargo, a partir de mediados del siglo XIX, ya empieza a aparecer alguna que otra referencia. Concretamente sería Adolph Garrigou (1802/1897), un historiador del Sabartez, y más concretamente de Tarascón, quién, inspirado en los textos de otro historiador y pastor calvinista, Napoleón Peyrat (1809/
Paralelamente a estos hechos tendrían lugar otros acontecimientos que, en un principio, no tenían mucho en común, pero terminarían siendo esenciales en el contexto general y la trama de todo lo que sucedió posteriormente.
Frederic Mistral (1830/1914) escritor y poeta occitano, a quién en 1904 le concedieron el Premio Nóbel de Literatura, conocería a Josep Roumanille (1818/1891), con quién establecería una auténtica amistad y el cual le despertaría el interés por la poesía trovadoresca. De esta forma en el año 1852, un grupo de poetas se reunía en Arles y se proponían crear una especie de asociación que diese de nuevo vida a los "Juegos Florales de Toulouse", a la que dieron por nombre, en ese momento "Congreso de escritores provenzales". Aparte de Mistral y Roumanille, participarían 21 poetas y escritores de toda Occitania.
Al año siguiente, en 1853, se volverían a reunir de nuevo, esta vez en Aix-en-Provence, aunque de la asamblea no saldría ninguna decisión de actuación pública. En esta ocasión, entre los asistentes, se encontraba un joven colegial, entonces desconocido, que se llamaba Emile Zola.(1840/1902), cuya familia residía en Aix desde hacía algún tiempo.
Sería en el año siguiente, el 21 de mayo de 1854, reunidos en Fontsegunha siete de ellos, Mistral, Roumanille, Aubanell, Matièu, Gièra, Tavan y Brunet, cuando nacerían definitivamente los juegos florales y se crearía el "Felibre".
Felibre, es una palabra que proviene del antiguo testamento y designaba a los doctores de la ley, y fue un nombre propuesto por Mistral, a lo cual sus compañeros le preguntaron "¿Qué ley?", y él les respondió "Yo os la escribiré".
Garrigou, intuyendo en Gadal un alma gemela, pronto lo instruiría en sus convicciones, y éste heredaría un intenso amor hacía la espiritualidad cátara, en la que creía firmemente y de la que se creía imbuido.
Pronto aparece en escena Josephin Peladan (1858/1918), escritor y ocultista, fundador de una de las múltiples logias de rosacruces que por esta época están apareciendo en toda Francia, concretamente la "Orden Rusacruz Católica y Est ética del Templo y del Grial", fundada en el 1891. Peladan, admirador insondable de Wagner y de Leonardo da Vinci, pronto entrará en contacto con Estieu y empiezan a establecer la teoría de que Montsegur es el "Montsalvatge" de "Parsifal".
El motivo que esgrimió Dionel fue que durante una sesión de espiritismo había recibido un mensaje, el cual le decía: "Yo, Guilhabert de Castres, rodeado de los Mártires de Montsegur, te ordeno a ti, Jules Dionel, renovar la gnosis. Tu serás patriarca con el nombre de Valentiniano II"... "El Demiurgo será impotente contra mi nueva iglesia gnóstica", añadía el comunicante del más allá, quien afirmaba no solo ser el obispo cátaro, sino además el "Andrógino Eterno; Jesús es la palabra de Dios, yo soy el Pensamiento de Dios". Dionel afirmó haber sentido en ese momento como unas manos inmateriales le tocaban la cabeza invistiéndolo "en nombre de los Santos Eones".
Dionel perteneció a la logia francmasónica "Gran Oriente de Francia", creada en el 1773, tras la reestructuración de la primera Gran Logia francesa de 1728.
En torno a Dionel empiezan a aparecer por vez primera los nombres de Deodat Roché y el doctor Fugairon.
De esta forma y con todos estos movimientos e intereses, se llega al 1906, cuando Peladan escribe "El secreto de los Trovadores", en el cual pone de manifiesto todas sus teorías sobre Montsegur.
Curiosamente, Peladan y Zola, nunca se llevaron bien, llegando a insultarse públicamente por escrito en diversas ocasiones.
En el año 1909 el doctor Fugairon organiza la primera peregrinación moderna a Montsegur donde cuenta que Jules Dionel había organizado misas gnósticas en el castillo.
Una noble catalana, la Condesa de Pujol-Murat, miembro de la " Fraternidad de los Polares" y que, anteriormente había pertenecido a la "Sociedad Antroposófica" de Rudolf Steiner, reunió, en 1930, en su castillo un círculo de personajes del que formaban parte Deodat Roché, Antonin Gadal, el ingeniero Arnaud y un joven alemán que tenía por nombre Otto Rhan.
Por su lado, Antonin Gadal teósofo convencido, del cual ya hemos comentado con anterioridad su amor por el catarismo, inducido por su maestro Garrigou, fue quién facilitó a Otto Rhan sus archivos y conocimientos sobre el catarismo. Gadal, que había conseguido un empleo en la Junta de Turismo de Ussat Ornolac, había dedicado la mayor parte de su vida a recorrer las cuevas de la zona, buscando vestigios de la estancia de los cátaros y sus rituales en las mismas. Con los conocimientos que tenía sobre el catarismo y los contactos que había ido adquiriendo con los sectores gnósticos, no tardaría en establecer contacto con una de las logias de rosacruces, la "Lectorium Rosacrucianum", los cuales se convertirían en sus seguidores hasta hoy día, pues han construido un centro de retiro en Ussat y han creado un "Museo Gadal" frente al cual levantaron una estatua del mismo.
En el 1948, algunos de los miembros de este grupo, fundarían los "Cahiers D'Etudes Cathares" y empezaron a celebrar reuniones anuales en Ussat-Les-Bains. Entre los asistentes a estas reuniones nos encontramos a Ferdinand Niel, un ingeniero que realizó estudios y análisis en torno al castillo de Montsegur estableciendo que se trataba de una construcción orientada como "templo solar", recopilando sus teorías en su libro "Albigeois et Cathares".
Le sigue la "ocultista", encabezada por las obras de Deodat Roché y Antonin Gadal, seguida por los textos rosacrucianos iniciados por Peladan y continuados por diversas logias, como la AMORC, la Rosacruz Católica o la Lectorium Rosacrucianum.
Finalmente la "histórica", iniciada por René Nelli y continuada por Jean Duvernoy, el catalán Jordi Ventura o la propia Anne Brenon, entre otros.
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