La droga no le gana a nadie ¡¡¡ mon dieu, mon dieu !!!

Publicado el 10 febrero 2012 por Carlosfernandez
LA DROGA NO LE GANA A NADIE ¡¡¡ MON DIEU, MON DIEU !!!La droga no le gana a nadie!! Así de categórico responde don Alfredo Di Stéfano en la conversación que tuve el placer de mantener con el Presidente Honorífico del Real Madrid, en el Santiago Bernabéu, el 28 de diciembre de 2007. Si, el día de los Santos Inocentes.
Le había preguntado a Don Alfredo ¿usted aconsejaría que se realizaran controles de dopaje en el fútbol?. La sabiduría del gran deportista está grabada, publicada y, la respuesta argumentada es:
“Sí claro, seguro, pero para la salud del individuo y de la familia. Luego si se quieren matar que se maten, pero para jugar al fútbol no le hace nada, no le gana a nadie, con la droga en el fútbol no le ganan a nadie, por más que digan. No le gana a nadie. La potencia, la fortaleza se gana entrenando con esfuerzo. La picardía, la viveza, la habilidad y todo eso que confluyen en un individuo, no te lo puede dar la droga”
Sin embargo algunos ciudadanos, de aquí y de allá, confunden las ideas con la ideología. Las noticias que se generan después de la sentencia del TAS esta semana y la diferente lectura de la realidad desde los medios de difusión, instituciones deportivas y particulares nos recuerda, una vez más el “Narcisismo de las pequeñas diferencias” donde Freud magistralmente muestra que: son las pequeñas diferencias con los vecinos más cercanos las que generan la más enconada hostilidad y agresividad, presentándose como rencor el amor y lo más admirado del semejante, inconscientemente, se crítica ferozmente. Entiéndase España y Francia, Betis y Sevilla o las familias de los novios en una boda.…
Esta ambivalencia afectiva, se disfraza y se escenifica a través del sarcasmo en el chiste, el humor de los guiñoles, la ironía de la prensa y lo cómico del sentimiento amoroso.
Sabemos que el humor es liberador y contribuye a lo cómico a través de ese juez privado, el SuperYo, heredero del Complejo de Edipo, que nos critica en exceso, humillando y sometiendo al propio sujeto por ejemplo en el sentimiento de inferioridad, o de culpa, o de fealdad o de incomprensión, o de ruina hipocondriaca que seguro que todos de manera particular ya conocemos.
La aristocracia del “yo” es delirante en su razonar, tal vez por eso los que pretenden tener la razón en el “Caso Contador” o en el tema de las criticas vecinas, no saben que hay un triunfo del “Yo” en el humor.
También podemos hablar de la envidia como “deporte nacional”
El “pienso luego existo” cartesiano resultó ser un paso en el pensamiento. Con el descubrimiento de la implicación del sujeto de la ciencia en la experiencia, sabemos que “pienso donde soy juguete de mis pensamientos” es decir “donde no pensaba, pensar, allí soy pensado”. Somos lo criticado.
Y con respecto al fanatismo ideológico de algunos profesionales, recordar que la pasión se produce siempre entre las palabras, entre los sujetos del pacto, previamente acordado.
Para ubicar un punto y abrir la cuestión, decir que: nanogramos de clembuterol no puede hacer campeón a nadie.
El humor es un producto mental, es decir psíquico, inconsciente y lo que se produce es el ahorro del gasto psíquico de un sentimiento. Sentimiento que no se debe o no se puede expresar. Un día lunes, camino de la horca, dice el reo: ¡bonita manera de empezar la semana!
En el chiste (también producto mental) el ahorro de gasto psíquico es de una represión, por ejemplo cuando la reina es renga, el chiste evita la represión colocando sendos ramos de flores, a los costados del trono, diciendo: “entre el clavel y la rosa su majestad escoja”
En lo cómico (así mismo producto psíquico), se ahorra una representación. Es la ejemplar puesta en escena de Charles Chaplin, ese Charlot camino a casa consigue pisar todos los charcos y sortea el último.
Se dice a través del chiste, el humor y lo cómico lo que dicho de manera oficial puede resultar grosero u ofensivo.
Les dejo con un aforismo de Miguel Oscar Menassa: “Nada se puede revolucionar sin escritura, ni siquiera el amor”
Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
www.carlosfernandezdelganso.com