Y comenzaba el 3 de junio a las 20:45 la final de la Champions League entre el Real Madrid y la Juventus de Turín.
Los dos equipos habían demostrado que son huesos duros de roer y a priori la final era muy igualada pudiéndose decantar por pequeños detalles de calidad por cualquiera de los dos equipos.
La mejor defensa contra el mejor ataque, así nos lo vendieron, el entramado defensivo de los bianconeros que sólo habían recibido tres goles en esta Champions contra un Madrid capaz de marcar treinta goles hasta esa fecha.
Por el camino tumbaron al Napoles, Bayern de Munich y Atlético los madrileños, mientras los turineses se deshacían de Oporto, Barcelona y el Mónaco.
Quizás la última oportunidad de que Gianluigi Buffon levantara una Champions que se le resiste y completaría, más si cabe, su maravilloso palmarés a los 39 años.
El partido comenzaba con la Juventus muy metida en el partido, no dejando respirar a los que vestían de morado por causa del sorteo.
Eran minutos de agobio e incertidumbre para la parroquia madridista, agravados si cabe por un disparo envenenado de Pjanic desde la frontal, cerca del área grande.
Un tiro escorado que hizo estirarse al máximo a Keylor Navas que mandaba al corner, momentos de tragar saliva para la parroquia merengue, hasta que en el minuto 20 algo cambió para alivio de estos.
Un contraataque que llega a los pies de Cristiano cerca del área grande, cede a su derecha para Carvajal, provocando un movimiento defensivo que le permite un pequeño desmarque, el lateral derecho se la devuelve y el disparo del luso se cruza de tal forma que la estirada de Buffon es en vano.
Poco duraría la alegría pues el equipo se echó atrás de nuevo permitiendo que las ganas de la Juventus por empatar fueran creciendo, de tal forma que en el minuto 27 una internada de Alex Sandro por el carril izquierdo, que cede para Higuain, "el Pipita" pasa a Mandzukic y este se saca una media chilena aparatosa cuya parábola cae de tal forma que hace imposible que Keylor por mucho que vuele, llegue... 1-1
Y así siguieron las cosas hasta el descanso, con una Juventus buscando su segundo gol y en Madrid achicando las diferentes abatidas intentando llegar al descanso, cinco disparos frente a uno, el gol de Cristiano.
Algo cambió en el segundo tiempo, parece que los blancos recibieron testiculina en grandes dosis y que los motores del mediocampo (Modric e Isco sobre todo, junto a Kroos) despertaran a la bestia, pasaban los minutos y no nos acordábamos de que color tenía la camiseta Keylor, pero si veíamos continuamente el amarillo de Buffon, era momentos de marcar, pero el gol no llegaba.
Se hizo esperar un cuarto de hora, corría el minuto 60 y un zapatazo desde fuera del área de un Casemiro que se incorporaba a ese ataque de nuevo sorprendía al meta turinés que no pudo ver la bola por el entramado de piernas y cuando la localizó no le dió tiempo a llegar a ella. La Champions pintaba un poquito más cerca.
Tres minutos más tarde, en el 64, volvía el jolgorio tras un balon dividido por el que corre Modric y consigue centrar, antes de que rebase la línea de cal, al primer palo donde aparece Ronaldo para meter su segundo gol y el 3-1, a partir de ahí la Juve se rindió, o eso parecía al verlos jugar.
No digo que no tuviesen oportunidades, sobre todo por parte de Dani Alves, quizás el más orgulloso de todos sus compañeros buscando oro en el carril de Marcelo con un Ramos haciendo coberturas al límite con una amarilla, pero los suyos no le acompañaban.
Para entonces ya habían entrado Cuadrado por Barzagli buscando profundidad, Marchisio por Pjanic, que no mejoró al croata y Lemina ante un superado Dybala al que el partido, pese a sus destellos, le vino grande. Higuain missing in combat y Mandzukic dejó de ser superior por sus centímetros en la banda de Carvajal.
Zidane también empezaba a hacer cambios Benzema por Bale y Marco Asensio por un Isco que hizo una segunda parte mágica.
Las cosas se ponían mas de cara para los de morado cuando Cuadrado cometía falta ante Ramos en un ataque al haberle comido la posición el defensa, un poco cuento del capitán pero segunda amarilla y a los vestuarios con un pequeño rifirafe por los gestos de Sergio tras su expulsión.
Faltaba la guinda y ésta llegó en el minuto 90, con una Juve esperando el pitido final y un Madrid que quería rematar la faena.
Internada de Marcelo que centra y Marco Asensio, ese jugador que parece tocado por la varita mágica de los grandes batía a Bufón por el único hueco que quedaba, 1-4 y la duodécima por la puerta grande.
Se convertía así el Madrid en el primer equipo que revalida Champions desde que esta se llama así (hace 25 años), tres Champions en 4 años y una dinastía al alcance de los elegidos, parece que Zidane ya no tiene flor en el culo, o quizás si tiene un jardín botánico, o, sencillamente es un gran entrenador para este plantel y sus títulos en este año y medio, lo avalan.