La duración del embarazo depende de la estructura de la placenta

Por Pequelia @pequelia

¿Por qué un embarazo humano dura nueve meses?, ¿en qué se diferencia nuestro tiempo de gestación del de otros mamíferos?

La respuesta la ha encontrado un grupo de investigadores de la Universidad de Durham (Reino Unido). Según su estudio, la duración del embarazo depende de la estructura de la placenta y de la forma en que esta conecta a la madre y el feto.

La conexión entre los tejidos de la placenta es la responsable de que el bebé crezca más o menos rápido. A mayor conexión, más rápido es el crecimiento del feto en el útero, lo que provoca que algunos mamíferos con complejas estructuras de placenta como los perros o los leopardos tengan embarazos mucho más cortos que los humanos.

Aunque la placenta tiene una función básica común a todos los mamíferos de proteger, alimentar y formar al futuro bebé, su estructura varía considerablemente de una especie a otra y condiciona la duración del embarazo. Algunos mamíferos tienen una placenta muy plegada que crea una superficie más grande y aumenta la tasa de nutrientes que pasan de la madre al hijo. Esta clase de plegado tiene la ventaja de que permite aumentar la superficie en el cuerpo de los animales y también está presente en otros tejidos como los pulmones, los intestinos y la corteza cerebral.

Durante la investigación se estudió la duración del embarazo, la estructura de la placenta y el tamaño de la camada y cómo estas características han variado durante la evolución de los mamíferos. En palabras de Isabella Capellini, directora del trabajo, “este estudio muestra que no es necesariamente el contacto con la sangre materna lo que determina la velocidad de crecimiento [del feto, como se creía anteriormente], sino la extensión en la que los tejidos de la madre y el bebé están unidos, o plegados, entre sí”.

La explicación de que la duración del embarazo humano sea superior a la de otros mamíferos radica en que “en los humanos, la placenta tiene ramificaciones simples similares a dedos con una conexión relativamente limitada entre los tejidos de la madre y los del feto, mientras que en los leopardos, por ejemplo, forma una compleja red de interconexiones que crea un área de superficie mayor para el intercambio de nutrientes”, según Capellini.

Fuente | Europa Press

Foto | TheGiantVermin