Cuando estamos embarazadas a veces la espera es larga y nos da la sensación de que el tiempo se eterniza; estamos impacientes por ver a nuestro bebé por primera vez y la ecografía 4D es la mejor opción, hasta el punto que hoy se le conoce como la “ecografía emocional”. Pues en este caso en el que el embarazo está transcurriendo con normalidad, es más el sentimiento causado en los padres que pueden ver la cara de su hijo/a antes de nacer que nos fines diagnósticos de esta prueba. Es algo muy positivo para esos padres que, deseosos de saber cómo es la carita de su bebé podrán verlo por primera vez con bastante precisión y no sólo la cara, sino lo podrán ver sonreír, bosteza, llorar, beber y moverse como si lo tuvieran en sus brazos, incluso, dependiendo del mes de gestación en el que se haga la ecografía los padres podrán saber cómo será la cara de su bebé al nacer y a quien se parecerá su hijo/a. Esto se puede observar con mayor precisión entre las semanas 24 y 28 de embarazo. Un poco antes podremos ver el sexo de nuestro bebé con toda claridad.
En España, por desgracia, este tipo de ecografías aún no están financiadas por la Seguridad Social y hay que acudir a un centro privado donde las realicen. Su precio ronda entre los 50 y los 100 euros dependiendo del sitio y normalmente adjunta un reconocimiento de la madre.
Se acompañan de un par de fotografías de nuestro hijo/a y de un DVD con toda la ecografía.
Aquí os dejo el video que le hice a mi pequeño una vez que tuve la ecografía 4D. Como veis es muy emotiva y todo eso me lo inspiró poder ver a mi hijo de esa forma sabiendo que estaba dentro de mí.
Mi experiencia fue muy gratificante y mi marido y yo salimos muy contentos y satisfechos del precio, pues merece la pena. Supimos que iba a ser igual que su papá y cuando nació se corroboró, era un pequeño clon de su padre. Para mí el nombre de “ecografía emocional” es el que mejor define este tipo de ecografías, pues te unen aún más a tu hijo antes de que nazca.