Está ahora cada vez más presente el concepto de economía circular. Parece ser que por fin nos hemos dado cuenta que lo del usar y tirar es un disparate tremendo. Así pues, podemos ver como se tiran cosas que aún valen para adquirir unas nuevas, que en ocasiones son incluso de peor calidad.
En las entradas anteriores, cuando hablo del suelo, también está presente el concepto de "economía circular". El suelo, es lugar del que parte todo no es infinito. Comienza la materia un ciclo fuera del suelo que comienza con el paso a formar el cuerpo de las plantas. Las sales minerales, junto con el agua, son absorbidas por las plantas que con la luz del sol forman la materia viva que son sus cuerpos. Estos vegetales, son consumidos por otros seres vivos que no son capaces de producir materia viva de lo inanimado. Una vez que esas sustancias que salieron de la tierra y formaron las plantas, pasan a otro ser vivo que será consumido por otro en un ciclo que sólo se cerrará cuando el último eslabón de la cadena muera y sea descompuesto, volviendo todo al origen. Mientras tanto, gran parte de lo consumido va retornando al suelo con los desechos como son la orina, las heces o el pelo y plumas que se van perdiendo. En la foto, vemos un cartel colocado en Ruesta al lado de un tronco de roble caído. Explica como los hongos y los insectos descomponen el tronco haciendo retornar al suelo la materia que un día salió del él.
En este punto, ya nos damos cuenta que nuestro sistema de producción tanto agrícola como ganadero tiene un grave problema. Extraemos mucho y devolvemos poco. Así pues nuestros suelos agrícolas tienden a la desertización. Aportamos actualmente abonos con tres componentes básicos, Nitrógeno Fósforo y Potasio. Pero todas las personas intuimos que las plantas viven de algo más que esos tres elementos. La extracción continua de cosechas va agotando cada vez más otros elementos que en menor grado son usados por las plantas, pero que no se reponen. Antiguamente, el aporte del estiércol reponía de forma natural lo que se retiraba. No era suficiente el que producían los animales propios, pero se usaban residuos orgánicos urbanos si era necesario. Vi el otro día en la tele que Florida parece que tiene un programa bastante ambicioso en este campo. Si los productos agrícolas y ganaderos acaban en la ciudad, es del todo necesario que de la ciudad retornen al campo, que es donde se producen. Es del todo necesario que estos productos vuelvan en el mayor grado posible a retornar el ciclo de los elementos, y de este modo reducir al mínimo el uso de los abonos triples consiguiendo de forma simultánea una menor dependencia exterior y un menos uso de combustibles en su producción allí donde se produzcan.
Pero no es sólo en este ámbito donde se puede practicar la economía circular. El mercado de segunda mano (o de tercera o cuarta) permite que los productos fabricados estén más tiempo en uso rentabilizando de este modo aquella extracción que se realizara originalmente. Nosotros, en la rehabilitación de nuestra vivienda, hacemos uso de la economía circular preferiblemente y como primera opción para muebles y otros materiales. Así pues, la ,mayor parte del amueblamiento, y con gran diferencia por encima de las adquisiciones nuevas, se produce en el mercado de segunda mano. Esto nos permite tener muebles como los de antes, fabricados con madera, fáciles de reparar si se estropean, con los cajones ensamblados con enlaces de cola de milano, traseras de madera maciza y protegidos con cera natural, algunas de las veces. En la foto, podemos ver dos mesillas de noche que son al menos de 1921, según sabemos por los papelitos que aún salieron de su interior. Este tipo de productos se pueden obtener a muy bajo precio si la restauración y recuperación la hace uno mismo, cosa que es sencilla a la vez que gratificante, y que a nosotros nos aporta una gran satisfacción personal. Así pues, no sólo es que hayamos conservado todas las vigas originales de la casa que hemos podido, sino que las nuevas, si ha sido posible, son de otras viviendas desmontadas o derruídas que aquí tendrán una segunda vida.
Las estufas, es mucho más económico adquirirlas de segunda mano y llegado el momento repararlas sustituyendo aquellas chapas que se hayan degradado (y que se pueden vender como chatarra) que adquirir unas nuevas y mandar toda a la chatarra. Las partes de hierro fundido son eternas y las de chapa, fácilmente sustituibles e incluso de mayor calidad que las de origen. Esta ya lleva no recuerdo ni los años con nosotros además de los que llevara en la casa donde la compramos. Tras el uso en la casa que nos fue arrebatada por el ambiente de la especulación inmobiliaria, hemos procedido a su reparación cambiando la chapa posterior que ya se había deteriorado, sustituyéndola por otra galvanizada y el doble de gruesa con lo que espero que tengamos estufa para una buena cantidad de años. La estufa de leña nos ha permitido el uso de la madera inservible de las ventanas viejas y las vigas carcomidas debido a la actividad de los insectos. No se han ido al fuego estas vigas antes de proporcionarnos la información valiosa de la antigüedad de la casa gracias a la lectura de los anillos de la madera y la comparación con series de anillos de árboles vivos y fechas de creación de esos anillos conocidas. así pues, hemos datado la construcción de la casa en unos 300 años que se cumplirán el año que viene. Perro esta historia, la de como hemos conocido la antigüedad y la historia de nuestra casa... es tema para otra entrada.