La urbanización es una megatendencia que vendrá determinada en los próximos 30 años por un aumento de la población urbana mundial de unos 2.400 millones de habitantes, provocando este cambio demográfico que el porcentaje de población que vive en las ciudades se incremente del 54% en 2015 al 66% en 2050.
Después de ver lo que suponen a nivel mundial el aprovisionamiento y consumo de recursos materiales, vamos a repasar lo supone para el Planeta la construcción y urbanización, ya que este aumento de la población que hemos comentado dará lugar a una expansión importante de las ciudades existentes y a la construcción de ciudades nuevas.
Además este crecimiento de población no será uniforme, sino que estará concentrado en ciertas zonas, pues se espera que casi el 37% de este crecimiento provenga de sólo 3 países: la India, China y Nigeria. Se estima que en estos países el número de habitantes urbanos crecerá en 404 millones, 292 millones y 212 millones respectivamente.
Las ciudades utilizan miles de millones de toneladas de recursos materiales, desde combustibles fósiles, arena, grava y mineral de hierro, hasta recursos bióticos como la madera y los alimentos, para su construcción y funcionamiento y para promover los estilos de vida urbanos.
Se estima que más de un tercio del consumo mundial de recursos está asignado a los materiales de construcción y al sector de la construcción
La producción de estos materiales requiere energía, que representa más del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la producción mundial de materiales.
Se prevé que este consumo de materias primas crecerá más rápidamente que la población urbana y alcanzará unos 90.000 millones de toneladas en 2050, viniendo de 40.000 millones de toneladas en 2010.
La elevada demanda de estas materias primas supera con creces la capacidad del Planeta para proporcionar recursos de forma sostenible y contribuye de forma considerable al cambio climático, ya que se estima que actualmente sólo el hormigón es responsable del 9% del total de las emisiones GEI.
Sin embargo, las estrategias de eficiencia de los materiales tienen mucho potencial para reducir la demanda de materiales y, por consiguiente, las emisiones GEI correspondientes, siendo por ejemplo, más del 50% en la India y del 80% en China.
Debido a la tendencia, ya establecida hace tiempo, hacia la una baja densificación o expansión urbana, es decir, las ciudades son cada vez menos compactas. Esta reducción es del 2% anual, por lo que la utilización del suelo urbano a escala mundial podría pasar de algo menos de un millón de kilómetros cuadrados a más de 2,5 millones de kilómetros cuadrados en 2050.
Esto pondría en peligro el suelo agrícola y el suministro de alimentos, y requeriría inversiones y materiales para ampliar las infraestructuras y las redes.
De hecho, el sellado del suelo o recubrir el suelo con un material impermeable es una de las principales causas de la degradación del suelo en los países desarrollados y una consecuencia de la expansión, la construcción y el funcionamiento de las ciudades.
El sellado del suelo suele afectar a las tierras agrícolas fértiles, pone en peligro la biodiversidad, incrementa el riesgo de inundaciones y la escasez de agua y contribuye al calentamiento global.
También se requieren esfuerzos para alejar a los habitantes de las zonas urbanas de estilos de vida poco sostenibles que exigen muchos recursos y para fomentar la adopción de prácticas circulares.
Las medidas para reducir el consumo de energía y las emisiones atribuidas al uso de edificios pueden centrarse en sistemas ecoeficientes de climatización e iluminación.
Los programas de eficiencia en la cooperación al desarrollo también pueden abordar la prolongación de la vida útil de los productos, la reducción de los residuos y la mejora de la eficiencia de los materiales.
La aplicación del modelado de información para la edificación (BIM, Building Information Modelling) permite que los profesionales de la construcción cuantifiquen el impacto ambiental incorporado y el rendimiento del coste del ciclo de vida de los edificios, permitiendo también planificar la posible reutilización y reciclado futuros de los materiales de demolición.
La renovación, además de prolongar la vida útil de un edificio, también puede convertirse en una estrategia rentable para mejorar la eficiencia energética.
En otro sentido, la movilidad urbana representa alrededor del 40% de todas las emisiones de CO2 del transporte por carretera y hasta el 70 % de otros contaminantes procedentes del transporte.
La electromovilidad, la digitalización y el modelo de ciudad inteligente (smart city) deben implantarse rápidamente con el fin de ofrecer soluciones basadas en gran medida en los principios de circularidad y mejorar los indicadores de calidad de vida pertinentes en las zonas urbanas.
La adopción de los principios de la economía circular y del diseño sostenible en la construcción en todo el mundo es, por tanto, esencial para afrontar los desafíos relacionados con el entorno construido.
Al mismo tiempo, la digitalización puede contribuir al aumento de la eficiencia, la minimización de la cantidad de materiales que se desperdician y la mejora del seguimiento del reciclado de los materiales y equipamientos.
Además, el cambio climático requiere normas y códigos de construcción adaptados para afrontar la nueva frecuencia e intensidad de los desastres relacionados con el clima y garantizar la resiliencia de las infraestructuras antiguas y de las nuevas.
Finalmente resaltar que la cooperación internacional entre los gobiernos locales podría ayudar a integrar los principios de la economía circular en los planes de desarrollo urbano, en particular las soluciones alternativas orientadas a la adopción de materiales de construcción sostenibles y con bajas emisiones de carbono.
En nuestra próxima entrega trataremos con más detalle la problemática de los residuos.
El artículo La economía circular y algunos desafíos mundiales: urbanización (3) se publicó primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.