El caso es que nos indignamos, y puede que con razón, mientras dedicamos páginas de nuestros periódicos a explicar por qué no estamos tan mal como los otros –“vaya tres, esos sí que están mal”- en lugar de a qué y cómo deberíamos hacer para mejor la situación.
No nos gusta tampoco –como no podía ser de otra manera- que tipos como el gurú de la Economíla Nouriel Roubini, el mandamás del FMI, Dominicque Strauss-Kahn, o Joaquín Almunia hagan unas declaraciones y nuestra bolsa se desplome, encima un viernes por la tarde, oiga, que así no hay quien pase un fin de semana tranquilo- ni que las empresas de rating nos hayan bajado la valoración y ahora tengamos que pagar más por lo mismo.
Lo mismo le pasaba semanas atrás a los islandeses, que andan de uñas contra su gobierno porque, ateniéndose a la legislación internacional, no le queda otra que pagar –y muy caro- los desmanes cometidos por sus bancos en el extranjero –especialmente en Inglaterra y holandeses- si quiere seguir teniendo crédito internacional. La cosa es así: los modernos bancos islandeses que operaban por Internet lograron los depósitos de miles de ciudadanos extranjeros hasta que llegó el batacazo y, pum, de repente no había dinero para devolver su inversión al señor de Manchester, o al de Amsterdan, que había invertido en él.
Mientras tanto, “pues no pagamos y punto”, dijeron en el referéndum los ciudadanos. Pero ahí, precisamente, es donde entra en juego el ‘orden financiero internacional’, que es de lo que yo quería hablar aunque he dado un poco de vuelta para llegar al asunto.
El FMI ofrece 6.000 millones de euros para un programa de 'rescate' para el país, pero, siempre y cuando afronte sus deudas. Si no, no verá ni un duro, como ya le ha dicho Finlandia, que es uno de los que pone la pasta del FMI. (Porque el FMI, igual que la ONU en sí mismos no son nada. No son órganos buenos ni malos, no actúan. Son los países que los controlan y los que ponen el dinero para cada una de sus operaciones, los que toman las decisiones).
¿Y a qué viene todo esto y qué relación tiene con África?
Seguro que económicamente decir esto es un disparate y no se me ocurre, por supuesto, pretender comparar Ghana con Islandia o con Grecia. Sólo digo que sirve para entender por qué ciertos países han ido hacia atrás en lugar de para adelante, y eso a pesar de los millones de dólares y euros recibidos en ayuda, ayuda, por cierto, sobre la que también habría mucho que hablar.
El desarrollo de los acontecimientos no fue exactamente igual al actual, pero las consecuencias sí vinieron a ser las mismas, aunque agravadas en extremo al tratarse de países que provenían de un nivel económico infinitamente inferior.
En los años 70, muchos países africanos pidieron préstamos al exterior para poner en marcha sus estados, sus universidades, sus policías, su servicio de educación… Ellos se lo pedían a otros gobiernos y organismos internacionales mientras que Islandia lo conseguía a través de inversores extranjeros a los que ofrecía una alta rentabilidad.
Ni unos ni otros invirtieron bien este dinero: en un caso se lo quedaron los gobernantes, corruptos; en otro, los banqueros, los que invertían en bolsa y los grandes analistas que ganaban sueldos multimillonarios.
Al final, no queda otra, los ciudadanos a pagar. Y como está pasando en Grecia, ajuste estructural para todos. En Europa, esto supone una vuelta atrás en el Estado del Bienestar, reducción de sueldos, disminución de ayudas... En África y Latinoamérica significó, casi literalmente, la desaparición del Estado: no había dinero para escuelas, ni hospitales ni servicios públicos ni nada de nada. fue lo que se llamó la 'década perdida' de África. Puede que en un futuro, los economistas hablen de la 'década perdida' de Europa, en referecia a estos primeros años del siglo XXI.