La educación de Lili. Ramón Saizarbitoria
Publicado el 22 marzo 2017 por Revista PrÓtesis
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Todo el relato está construido sobre la casualidad Escuche o leí, no recuerdo bien, al autor referirse a la elección de sus temas por la complicación y la molestia que le causaban. El autor hablaba de que buscaba esos argumentos que son incómodos, que no parecen gratos a nadie y también que necesitaba reposo y tiempo para digerirlos, para entenderlos en toda su dimensión. Pues de lo dicho está aquí el resultado.En la novela se habla del pasado, de la guerra civil, y de cómo los hechos de nuestros antepasados deben ser tomados, si como culpables o como víctimas, si tenemos algún tipo de herencia por lo que hicieron nuestros abuelos, también se mezcla con lo que sería el trato con la memoria de las víctimas y de los victimarios y de ahí en adelante, todos temas espinosos, incómodos, que pocos se atreven a tratar.
Para tocar esos temas Saizarbitoria se vale de Faustino Iturbe, personaje metaliterario, y que para los que hemos leído alguna cosa del autor ya no nos sorprende. Iturbe es el personaje tipo del autor, un escritor con cierto éxito, con una sorprende capacidad de interacción con los demás, con una mirada lúcida hacia todo lo que le ocurre, incluso en momentos con humor, un hombre culto, educado, muy enfermo y que será una de las bases sobre las que se asiente el personaje, su enfermedad y las posibilidades que le limita en cuanto a la interacción con otros. Seguro que dejo algo en el tintero, pero es un personaje inolvidable, por lo complejo, por lo complicado de su creación y sobre todo por lo estupendo de su manejo.
asuntos que son parte de la educación de las niñasEn referencia al señor Iturbe y a esa ristra de personajes “complejos” que nos cuentan en cualquier novela de actualidad y que salpican las contraportadas de muchas novelas, donde identifican a un personaje “complejo” por el hecho de no comprenderlo y de ahí que cometa acciones incomprensibles, eso, señores, no es complejidad, lo interesante es definir esos cauces internos que le convierten en eso y más aún es interesante saber como interactua en diferentes escenas de todo tipo. Si quieren saber de personajes complejos, no se confundan, prueben con los que nos propone el escritor vasco.Iturbe deambula por San Sebastian entre mujeres y perros. Son ellas las que mueven toda la acción, desde la amiga íntima de Iturbe, Ana, una mujer que acosa al protagonista, pasando por Lili la otra co-protagonista, que es una adolescente diferente, en la que el autor aprovecha para mostrarnos ciertos elementos, incómodos por supuesto, que son parte de la educación de las niñas, hasta una bella mujer que se baña en la playa y que encarna el lado romántico del relato. Todo el relato está construido sobre la casualidad y es a partir de ella sobre las que se van ensamblando las diferentes piezas narrativas, siendo un ejercicio de ficción muy agradable.En la anterior obra del autor, “Martutene”, pedía al autor un poco más de ficción, puesto que lo hacía francamente bien, en esta hay mucha más y creo que el relato y el lector lo agradece. Saizarbitoria luce en la ficción, en la invención literaria pura y dura y cuanta más haya mejor funciona. Es cierto que la narrativa que propone el autor es más de novela moderna, muy introspectiva, muy de Centroeuropa y puede que la ficción no tenga un poso tan grande, aunque, y no quiero repetirme, cuanto mayor cantidad introduce mejor funciona, incluso con los toques de humor que le da, muy salteados, el relato brilla con luz propia.A mi generación estos temas de la guerra civil nos pillan un poco lejos, ni nuestros padres llegaron a vivir esos hechos, sólo los abuelos por lo que los recuerdos que pueda atesorar una familia son muy fragmentarios, aunque reconozco que puede haber personas muy afectadas por esas heridas, hayan pasado los años que hayan pasado, sin duda la ley de memoria histórica fue un jalón en esa recuperación, aunque ya se sabe, este país funciona a otro ritmo muy diferente al occidental. De todas formas es de agradecer que un autor como Saizarbitoria tomé esa problemática, la ficcione y hable de ella sin rubor, la ponga en boca de sus personajes y así darle luz. No es por ello un escritor comprometido, puede que consigo mismo, pero no es hacer un estandarte de hechos acaecidos hace mucho tiempo, el tema lo toca el autor a modo de terapia, para poder avanzar. No quiero extenderme más. Para mí uno de los escritores de referencia, esta novela es una delicia, es como los buenos vinos, tiene su complicación, hay que conocerlo, es muy Saizarbitoria, pero si te adaptas al ritmo del autor se disfruta y mucho.
Erein, 2016Compra en Casa del Libro
Sergio Torrijos