Han coincidido en la cartelera de Madrid dos películas que nos acercan a la educación de los hijos. Son la canadiense "Profesor Lazhar" y la española "Los niños salvajes”.
No se trata de un remedo de "El club de los poetas muertos". Esta película entra de lleno en el drama del profesor, un hombre que se ha visto obligado a abandonar su país en circunstancias trágicas y que trata de adaptarse a una nueva vida en un país extraño. Y también en la forma en que la muerte de la profesora afecta a sus alumnos. Es un país, Canadá, mucho mas moderno, pero en el que los sentimientos han dejado de ocupar el lugar que debería corresponderles en las relaciones con la infancia."Profesor Lazhar" estuvo nominada para el Oscar a mejor película en lengua no inglesa y destaca claramente en una cartelera cinematográfica en la que es difícil encontrar títulos que justifiquen acercarse a las salas. Es de destacar la interpretación del protagonista, Fellag, totalmente creíble en su personaje.
"Los niños salvajes" está dirigida por Patricia Ferreira y acaba de ganar el primer premio (La Biznaga de Oro) en el Festival de Málaga. Nos cuenta la historia de tres adolescentes en los últimos años de Instituto que muestran su rebeldía cada uno a su manera.
En mi opinión, la mayor virtud de la película reside en la forma de contarla. No se puede decir que sea original, pero la utilización del tiempo narrativo a partir del interrogatorio por separado de dos de los chicos, consigue interesarnos. Lástima que el guión, en lo que se refiere a las relaciones con la familia, con los compañeros y los profesores sea un tanto tópico. Las interpretaciones de los dos chicos son irregulares, pero destaca en cambio Marina Comas, a la que vimos en "Pa negre" papel por el que ganó el Goya a actriz revelación el año pasado y, entre los adultos, Aina Clotet en el papel de la orientadora del instituto, enfrentada con el resto de profesores por el tratamiento de los alumnos con dificultades.
A pesar de que existe una pretendida originalidad en el tratamiento de las familias de los tres jóvenes, es ahí donde se encuentra la mayor debilidad de la película, con unos personajes nada creibles, pese a estar interpretados por actores tan solventes como Ana Fernández, Francesc Orellá o José Luis García Pérez.
Creo que la película debe ganar bastante si se ve en su versión original, donde se mezclan el catalán y el castellano de forma natural, tal como ocurre en la vida real en Barcelona, donde trascurre la acción. Yo la vi en la versión doblada y lo lamento pues creo que la mezcla de las dos lenguas debe aportar una visión enriquecedora de entorno social de los tres adolescentes.
En resumen, dos películas que ponen su acento en la educación de los jóvenes, tanto en el Colegio como en el Instituto y que suponen una llamada de atención hacia un tema complicado y que, si no se pone remedio, se complicará mas en el futuro con los recortes que se están aplicando.
Buenos días y buena suerte