La innovación en las metodologías para el aprendizaje brilla por su ausencia en algunos centros educativos españoles (creo que si aquí pongo un «muchos», acierto sin que medie consulta estadística), especialmente a partir de Primaria. En el mejor de los casos, algunos profesores -quiero creer que por iniciativa propia- prueban alternativas al viejo empolle que resultan chapucillas: mezcolanzas donde ni los materiales ni el contenido están claros ni encajan en tiempo. Resultado: ¿el triste «virgencita, virgencita, que me quede cómo estoy»? Qué pena. A estas alturas y en centros que presumen de su reputación académica. Rancio abolengo.
Ésta es la perspectiva de múltiples familias, entre las que me incluyo. Percibo y denuncio este déficit desde mi humilde saber pedagógico, que nace de mi formación académica y, sobre todo, de mi experiencia: un pasado estudiantil y un presente de controladora aérea en calidad de madre de estudiante. Desde este último papel que me toca, el de educadora en casa, soy crítica -así me he expresado varias veces en este blog y en las redes sociales- no ya con las programaciones oficiales del sistema educativo español, sino con las metodologías. Fíjense que me preocupa más el cómo enseñan que lo que enseñan (mientras no se inventen una asignatura tal que la Parapsicología de la chirimoya o similar), si me apuran .
Creatividad: ese don con que nacemos y «la escuela mata».
¿De verdad es tan difícil?
A mi mortal entender, organizar unas buenas clases, unos buenos materiales de estudio, simplificar los programas -fuera el tostón y los supuestos pluses que se quedan en empolle del que no sale semilla- para quedarse con esencias envueltas con atractivos, no me parece tan difícil. Quiero creer que algunos centros lo estén haciendo, o al menos intentándolo. Porque me dan mucha pena nuestros hijos e hijas, víctimas inocentes de la incapacidad de los gestores educativos -Administración y organizaciones escolares-.
Una vez más, la esperanza en este desolador panorama está en los buenos profesoresy direcciones, que esquivan como pueden las losas que les aprisionan para aplicar metodologías personales, hasta donde se les permite. Pongamos velitas para que no se desmotiven y se apoltronen, hartos de dar en piedra.
Un aprendizaje diferente es posible.
No echemos la culpa a Wert de todos los males del sistema educativo español actual. Sus predecesores tampoco lo han hecho mal mareando esta perdiz, estratégica para que este país tenga futuro. Ni los colegios, e insisto en esos que tanto presumen de sus buenos resultados académicos en las pruebas de la hoy PAU, antes Selectividad, pero no hablan de los alumnos que han dejado en el camino por no saber enseñarles bien ni de aquellos a los que desalentaron, en los que apagaron llamas de interés innato con medios de enseñanza decimonónicos, equivocados y/o aburridos.
Creatividad asesinada
Esas cabecitas donde todo cabe, pero hagamos que quepa sin calzador, por favor.
¿Es tan difícil innovar en este frente? IN-NO-VAR. Y, ya puestos a pedir, en este ámbito solicito también para la tan mentada pero tan pachucha CREATIVIDAD, un poco de mimo. No hablo ya de estimularla y potenciarla: con que en la escuela conservaran la creatividad innata con que nacemos ya sería suficiente. Que los gestores y educadores hiciesen una pizca de caso a voces como la de Tonucci, que dice verdades como puños y ha dado titulares tan dolorosos y brutales como que «La escuela mata la creatividad». Los pelos, como escarpias.
¡Si el grado de desarrollo cultural y tecnológico actual de nuestra sociedad les sirve en bandeja a los señores y señoras con competencias educativas mejorar las estrategias de enseñanza desde la innovación y la creatividad!
Desatino religión: para otro día
Si yo les hablara de cómo se está enseñando la religión en algunos colegios…. No me extraña que los padres la rechacen, enseñándola así… De nuevo critico las formas más que los contenidos (que también se las traen, entiéndanme). Así está la iglesia católica alejando a los cuatro soldados que les quedan… Pero éste es otro tema, para otra pataleta-terapia de 20 o 30 folios por lo menos.