¿Cuál es el propósito de la educación? y ¿Cuál es el significado de la vida? Jiddu Krishnamurti plantea, indaga y resuelve estas dos cuestiones en el primer capítulo del libro.
El significado de la vida- y su profundidad- viene condicionado por la educación recibida: "Si se nos educa simplemente para lograr honores, alcanzar una buena posición, o ser más eficientes, o para poder tener mayor dominio sobre los demás, entonces nuestras vidas estarán vacías y carecerán de profundidad" y continúa afirmando "Aunque la vida tiene un significado mucho más inmenso y sublime, ¿de qué nos sirve la educación si nunca llegamos a descubrirlo? Puede que seamos muy instruidos, pero si nuestro pensamiento y sentimiento no están intimamente integrados, nuestras vidas resultan incompletas, contradictorias y atormentadas por incontables temores;" La educación debe cultivar una visión integral de la vida porque sino carece de significado y tiene poco valor. Hemos compartimentado la vida de tal manera que la educación ha perdido todo su sentido, excepto para aprender una profesión. En vez, de despertar la inteligencia del niño, la educación lo anima a ajustarse a un molde o a un patrón determinado, impidiéndole que se comprenda a sí mismo. Como dice Jiddu Krishnamurti: "La educación y el entorno nos han adiestrado a todos para que nuestras metas sean la ganancia personal y la seguridad, y para que luchemos en beneficio propio. Por mucho que lo disimulemos con eufemismos, se nos ha educado para que desempeñemos una diversidad de profesiones encuadradas en el marco de un sistema cuyas bases son la explotación, la ambición y el miedo que esta genera".
La educación no debe "adiestrar" la mente del niño porque el adiestramiento puede hacernos más eficientes, y por tanto, más eficaces, pero nunca seres íntegros y completos. La "verdadera educación" para Krishnamurti debe examinar y comprender el significado de la vida en su totalidad. Comprender la vida es comprenderse a sí mismo y es a su vez "el principio y el fin de la educación". La educación tiene como prioridad ayudar a descubrir el significado de la vida como un todo, creando seres humanos completos, integrados e inteligentes. La inteligencia entendida como la capacidad para percibir lo esencial "lo que es" y el despertar de la inteligencia es el fin último de la educación. La educación debería ayudarnos a descubrir los "valores permanentes" de la vida. Debería alentar al niño a descubrir los "verdaderos valores" que surgen de la investigación y del darse cuenta de uno mismo.
Por último, Jiddu Krishnamurti apunta una gran verdad: los sistemas educativos no cambian por causalidad sino que se transforman cuando en nosotros se produce un cambio fundamental: "Lo primordialmente importante es el individuo, no el sistema; y mientras el individuo no comprenda el proceso total de su propia existencia, no hay sistema, ni de derechas ni de izquierdas, que pueda traer orden y paz al mundo."