Los hogares lindantes al terraplén tienen casi 2 metros de agua. Mientras que los cercanos a la plaza y la Parroquia el agua entra a sus hogares. Centenares de personas empezaron su peregrinar y lentamente dejan sus hogares.
Imágenes escalofriantes se viven en el atardecer de lunes. Personas en sillas de ruedas, con enfermedades crónicas, abuelos, niños, son llevados en camiones a refugios porque el agua avanza y se avecina la noche.