Muchas de nuestras experiencias consiguen ser excepcionales, únicas e irrepetibles, aun así, una aguja fundamental procede a hilar con firmeza, punto a punto, aquellos episodios experimentados por cada uno de nosotros para definitivamente anexarlos a las experiencias de todos los demás, hasta lograr crear tapiz multicolor y caprichoso en el cual nos vamos reconociendo los unos en los otros y de esta manera aflora uno de los acontecimientos más importantes para la comunicación de nuestra especie el cual llamamos la empatía.
Gracias a estas recónditas texturas humanas que van fluyendo puras e impredecibles y que se manifiestan como el agua de las lluvias y las vertientes para ayudarnos a crecer es que logramos consolidar los tan vitales templos de la tolerancia para asegurar de manera permanente la sana convivencia.
Se sabe, que el oro, es un metal escaso, por eso es tan valioso, que el agua y el oxígeno sustentan la existencia y por lo tanto son imprescindibles, pero también están aquellos minerales y substancias que ni siquiera toda la riqueza logra comprar ni aquellos nutrientes que sostienen el ecosistema pueden reemplazar.
¿Por qué? Porque son caldos únicos y sublimes que pertenecen a todos y cada uno de nosotros, los seres humanos, y al igual que los metales que se encuentran en la profundidad de los cerros y montañas, estas esencias maravillosas como la empatía, se localizan en los subterráneos de nuestra mente y espíritu.
La empatía se cuaja en néctares, como son la inteligencia, alegría, bondad, la compasión, cualidades propias de seres divinos, las cuales hacemos tangibles a través del arte, la palabra, la música, los deportes y definitivamente el más valioso y de mayor relevancia que todos los demás, el amor, el combustible de la felicidad nos que alimenta y embriaga de vida.
Estas son propiedades y atributos de infinita luz, en que nos basta un simple gesto o roce, para dejar un estremecimiento quebrándose en nuestro interior, como esa sensación sublime que le deja vibrando en sus raíces una mariposa, cuando bebe el néctar a la rosa.
Esta potente facultad la vamos desarrollando a medida que superamos trastornos como la individualidad, egocentrismo, prepotencia, es decir logramos crecer en intelecto y reflexión.
¿Cuál es la característica más relevante de la empatía?
La empatía consiste en ponerse en el lugar de los otros, de entenderlos, prácticamente se trata de canalizar todo lo sienten los demás, pero adicional a lo ya descrito es la virtud de descubrir la causa que les provoca ese estado de ánimo y los destinos a los que se van dirigiendo, por consiguiente podemos aconsejarles y señalarles las mejores opciones que por sí solos no logran visualizar.
Cuanto más desarrollados estemos de igual manera vamos a ser capaces de conseguir comprender tanto las amarguras que los aquejan como los estados exaltados de sus alegrías, las personas empáticas tienden a ser mejor escuchando que transmitiendo, pues pasa con mucha frecuencia que basta que alguien nos escuche y nos brinde un buen consejo para lograr sentirnos más aliviados.
Como sano ejercicio para desarrollar la empatía me despido con esta reflexión:
Son esos pequeños asuntos cotidianos que vamos compartiendo con sinceridad y resolviendo con voluntad los que en definitiva corrompen las derrotas y cimientan el santuario de las alegrías