¿la empatia mola?

Publicado el 30 junio 2021 por ArÍstides

MÁS VALE UN AMIGO QUE PARIENTE, NI PRIMO. Refrán.

Está de moda y se usa para todo. Empatizar con el otro mola y se convierte en la solución para todos los males. Parece que si uno es capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender su estado emocional y anímico nos ayuda a comprender su punto de vista. Esto que debiera ser un estado social básico de la persona, en la práctica tienen su aquél. Y me pregunto: ¿Es necesario que un juez empatice con alguna de las partes para dictar su sentencia? Todo parece indicar que lo que se le demanda es neutralidad y que sea capaz de aplicar la ley según está redactada. Empatizar exige un juicio moral anterior que condiciona el resultado. Es seguro que empatizaremos más fácilmente con quienes piensan como nosotros o con quienes son de los nuestros.

Es muy difícil ponerse en el lugar de quienes han realizado actos crueles o desmanes que ocasionan grandes rechazos colectivos. En estos casos es necesario hacer uso de la reflexión y la razón. De este modo, nos resultará muy difícil empatizar con los hechos, pero sí podremos entender las causas por las que se llega a ello para prevenirlas.

El uso de la empatía está bien, pero sabiendo que está condicionada a nuestra perspectiva de la ética y de lo que enjuiciamos como cercano a unos valores compartidos. Es difícil empatizar con un maltratador o con un asesino cruel, pero sí es posible llegar a entender, aunque no compartir, las razones que le llevaron a ello si se hace uso de un razonamiento y reflexión inteligente. Anteponer la empatía a los criterios de la objetividad puede desembocar en la ratificación de prejuicios, en muchas ocasiones generado por quienes por campañas de marketing o pesadez machacona, terminan por abanderar el argumento de la empatía usado como oposición contra el otro.

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