Sea como fuere, lo que nos atañe es el choque de paradigma analógico-digital, y no las decisiones legales. Las tres empleadas no han sido conscientes de que a pesar de la importancia de la presencia en la red, la medidas de privacidad no se activan de la misma manera que en la vida real. En una conversación oral, las palabras se las lleva el viento, y el "amigo" delator no contaría con pruebas de su acusación. Sin embargo, dejar un mensaje en el muro de facebook, lo coloca en un dominio público más o menos extenso, por lo que debemos tener muy en cuenta qué contamos, cómo lo contamos, dónde lo colocamos y quién lo va a leer. La red, como nuevo escenario social cuenta con unas reglas propias, que debemos tener en cuenta para desplazarnos con seguridad. Pero a parte de estas normas conductuales del ciberespacio, no debemos abandonar nunca nuestro sentido común, que funciona dentro y fuera de la red.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo