Familias humanas sentadas al pie del lago viendo a las familias de fochas y ánades
Javier Rico
Cada ruta de Aver Aves tiene un escenario diferente, un aula improvisada al aire libre de la que cuelgan varios libros abiertos que escogemos al azar. La semana pasada, en las salidas con escolares de 4º de primaria del CEIP La Navata y con familias de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del CEIP Pinar de San José, hubo varias aulas que nos acogieron con las ramas y las aguas de sus libros abiertas: una encina, un bosque de ribera, un pinar, un lago… De ahí extragimos historias de árboles y aves, sobre biodiversidad en general, que convierten en gratas experiencias sensoriales la materia de los libros de clase.
Arracimarse a la sombra de una majestuosa encina para hablar de la importancia de la fotosíntesis para las plantas y para las personas y de por qué le llaman a la Amazonia “el pulmón del planeta”. Hacer una parada ante una nueva sombra, esta más fresquita, para comprobar cómo pasamos de la encina y el cantueso al sauce y el fresno, del monte mediterráneo al bosque de galería, en “cero coma”, que dicen los chicos y chicas de hoy. Además de todo lo anterior, la ruta con el CEIP La Navata de Galapagar nos permitió comprobar cómo en “cero coma” se pasa también de los cantos alborotados de currucas y verdecillos a las penetrantes melodías de ruiseñores comunes y bastardos.
Un aula privilegiada: una encina
Ya dijimos por aquí el curso pasado que los alumnos y alumnas de este colegio, literalmente enclavado en el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama, cuentan con un entorno privilegiado. Una vez más, nuestras enseñanzas, historias y curiosidades calaron lo suficiente en los grupos con los que hicimos las salidas que nos llamaron para repetir experiencia con el CEIP La Navata. Y una vez más los ratoneros, águilas culebreras, abejarucos, ruiseñores, chochines y golondrinas animaron el paseo.
Ahora toca escuchar (charla y cantos) amparados en las sombras de un pinar
Días después, las aulas las “instalamos”, principalmente, en el pinar de San José, en Carabanchel. Coincidió la salida con otro grupo que repetía experiencia, el AMPA del colegio que lleva el mismo nombre del pinar. Aquí las protagonistas fueron las palomas torcaces, que cuentan en esta masa centenaria de pinos con una de las mayores colonias de la capital. Tampoco faltó un ratonero si mirábamos hacia el cielo ni las abubillas si lo hacíamos hacia el suelo; y hasta un locuaz viandante que nos hizo pensar y explicar por qué no se ven ya tantos gorriones y golondrinas, por no hablar de calandrias y totovías. Sabiduría popular sobre la marcha.
Cuando se pone Cigu en primera fila chicos y chicas hacen lo propio
Y llegamos al lago. Como punto final de la salida con el AMPA llegamos al parque Lineal del Arroyo Butarque, en Leganés (también nos pusimos en “cero coma” entre Carabanchel y Leganés), donde instalamos el último aula de la ruta. Coincidió con una bienvenida de postín: familias de fochas comunes, gallinetas y ánades azulones que recibían la llegada de familias de escolares. Así da gusto concluir un paseo más de Aver Aves, con la observación de las simpáticas crías de este año de las aves acuáticas y con el aplauso de pequeños y pequeñas Homo sapiens.
Alumno del CEIP La Navata dibujando su particular cuaderno de campo
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