Resulta que los imanes musulmanes de Jerusalem, sin ningún respeto por la comunidad no musulmana de la ciudad judía, se dedican a poner los altavoces de sus minaretes a todo volumen para llamar a los fieles a la oración molestando a todos aquellos que no profesan la religión islámica.
Es una cuestión de mera convivencia que los imanes musulmanes no quieren entender. Por eso los legisladores israelíes se han visto en necesidad de decretar una ley que regule tan molesta actividad islámica.
Aunque el proyecto de ley todavía no se ha aprobado el ente palestino ya ha hecho una de las cosas que mejor sabe hacer: amenazar. Y ademas con la guerra que no son palabras menores.
El organismo “Palestinian National and Islamic Forces”, una especie de organización paraguas que incluye las diversas facciones dentro de la Autoridad Palestina lo ha dejado muy claro:
El PNIF advirtió el sábado que los dos proyectos de ley, constituirían una declaración de guerra por parte de Israel.
Fuente: Arutz Sheva