Lo escuchamos y vemos por Juan Pons en el Met, independientemente de que vestuario y decorados han quedado obsoletos me hace bastante gracia, la verdad; en la misma encontramos también a Kathleen Battle, una soubrette como Adina choca bastante, a mí no me disgusta aunque compendo que a alguno le pueda chirriar estilísticamente; finalmente encontramos a Luciano Pavarotti que posee un timbre luminoso y un estilo mediterráneo ideales para el personaje, curiosamente, no sé si por primera vez, resulta creíble en escena:
En la segunda escena del primer acto de L'elilir el triángulo amoroso se completa con la entrada de Belcore. Precedida de una marcha militar -que eschuchamos el otro día- es bastante modesta en cuanto a exigencias vocales si exceptuamos las vocalizaciones en su segunda parte, hay que cumplir con dos exigencias básicas si se quiere hacer justicia a lo escrito por Donizetti: musicalidad y fraseo exquisito, otra vez topamos con lo más difícil, no hay que hacer ninguna proeza, no se trata de ser un superdotado, simplemente se tata de cantar. Belcore, que va a la cabeza de un destacamento de soldados, lleva una flores que ofrece a Adina, lo mejor son algunas perlas que deja caer insconscientemente -da por supuesto que Aldina caerá a sus pies y no le sorprende puesto que es sargento y galante, "non v'ha bella che resista alla vista d'un cimiero"- y que lo definen como lo que es, un engreido, además Adina refuerza la idea con su irónica exclamación: "E modesto il signorino!", y el coro lo ratifica; mientras tanto Nemorino se muestra acongojado ante la prepotencia de rival tan altanero y arrogante.Por lo que no tenemos más remedio que reconocer que la entrada de Belcore es muy sencilla y eficaz en lo dramático. El espectador no lanza carcajadas pero la sonrisa no se ha apartado de su boca.
Lo escuchamos y vemos por Juan Pons en el Met, independientemente de que vestuario y decorados han quedado obsoletos me hace bastante gracia, la verdad; en la misma encontramos también a Kathleen Battle, una soubrette como Adina choca bastante, a mí no me disgusta aunque compendo que a alguno le pueda chirriar estilísticamente; finalmente encontramos a Luciano Pavarotti que posee un timbre luminoso y un estilo mediterráneo ideales para el personaje, curiosamente, no sé si por primera vez, resulta creíble en escena:
Lo escuchamos y vemos por Juan Pons en el Met, independientemente de que vestuario y decorados han quedado obsoletos me hace bastante gracia, la verdad; en la misma encontramos también a Kathleen Battle, una soubrette como Adina choca bastante, a mí no me disgusta aunque compendo que a alguno le pueda chirriar estilísticamente; finalmente encontramos a Luciano Pavarotti que posee un timbre luminoso y un estilo mediterráneo ideales para el personaje, curiosamente, no sé si por primera vez, resulta creíble en escena: