La entrada de T

Publicado el 20 marzo 2012 por Maac @Elblogdemaac
LA COMUNIDAD DE CENOBITAS: La entrada de Thaïs en escena tiene lugar al final del primer acto, anteriormente hemos visto como en un refugio situado a orillas del Nilo un grupo de cenobitas se dispone a cenar en una amplia mesa, hay un hueco vacío, el de Athanael, la cena es frugal: pan, sal, hisopo, miel y agua. El anciano Palémon, que preside la mesa, bendice los alimentos y da gracias a Dios por lo que les concede y menciona a Athanael, hace mucho que se ausentó y no hay noticias de él, sólo se le ha aparecido en sueños, entonces el resto de cenobitas exclama que Athanael debe ser un elegido de Dios lo demuestra el hecho de que se aparece en sueños; y es en ese momento cuando hace acto de presencia el elegido.
 
LLEGADA DE ATHANAEL: Athanael llega caminando lentamente, como agotado, apesadumbrado y polvoriento. Se le ofrece sentarse a la mesa y así lo hace. "Mi corazón está plagado de amargura" pero su dolor no procede del cansancio sino del hecho de que Alejandría se ha dado al escándalo y al pecado por obra de una mujer, Thaïs, y que a través de ella el infierno gobierna la población. Sus compañeros no la conocen y él les explica que es una sacerdotisa del culto de Venus, y que él la conoció de joven, antes de ser tocado por la gracia divina, a punto estuvo de caer en sus redes, pero Dios y el desierto le hicieron encontrar la paz "maldiciendo el pecado que yo habría podido cometer". A él lo que le gustaría sería "ganar su alma para Dios".
LA VISIÓN: Poco a poco se ha ido oscureciendo, es la hora de dormir, sus compañeros se alejan rezando y dejan a Athanael tendido a la entrada de su cabaña, entonces tiene una visión: En el escenario del Teatro de Alejandría aparece Thaïs, se encuentra medio desnuda, con un velo que le cubre el rostro, está representando los amores de Afrodita ante exclamaciones entusiastas de un público que abarrota la sala.
LA MISIÓN DE ATHANAEL: Transcurrida la noche se va haciendo de día, Athanael despierta con una mezcla de terror y cólera hasta el punto de que se lanza a tierra, invoca a Dios y se levanta entusiasmadamente, despierta al resto de monjes y les comunica que su misión le ha sido revelada, salvará a Thaïs. Para ello es preciso que parta para Alejandría, lo hace inmediatamente, el resto de la congregación lo despide de rodillas con cánticos religiosos.
LA VISITA AL AMIGO  EN ALEJANDRÍA: La segunda escena del primer acto, que es donde se ubica la entrada de Thaïs, tiene lugar en Alejandría, vemos la terraza de la casa Nicias desde la que se domina la ciudad de Alejanmdría y su costa, aparece Athanael y un sirviente de la casa de Nicias va a su encuentro, lo confunde con un mendigo, no tiene nada que hacer en las puertas de esa casa, quizás el señor de la casa se enfadaría si al llegar Thaïs y su cortejo encuentra gente mendigando en las puertas, quiere que se largue, Athanael insiste, ha venido a ver a un amigo y, ante su determinación, parece que el criado lo toma en serio, avisará a su señor. Desde allí hay una hermosa vista de la ciudad y Athanael, contemplándola, se dirige a ella en un aria (Voilà la terrible cité!) en la que manifiesta tanto atracción (nostalgia de la niñez, los recuerdos) como odio (la lujuria, el desenfreno) pero termina maldiciéndola e invocando a los Ángeles para que pongan remedio a tanto desorden. Aparece Nicias  y lo recibe con los brazos abiertos. Nicias piensa que antes parece una bestia (sic) que un hombre, parece mentira que haya podido reconocerlo, es un compañero, un amigo, un hermano, quizás haya decidido dejar el desierto, volver a Alejandría añorando los viejos tiempos. No, Athanael le explica la razón por la que está ahí, tiene intención de que Thaïs renuncie a sus excesos para conducirla por la senda de Dios. Casualmente es el último día en el que Nicias podrá disfrutar de ella cuando salga del teatro, celebrará un banquete que servirá como despedida, Athanael ha tenido suerte; sin embargo, el amigo le advierte que no debe enfrentarse a Venus, la venganza de la diosa puede ser terrible, Athanael sigue en las suyas, tiene que asistir a ese banquete y solicita que se le proporcione ropa adecuada para no llamar la atención en el festín.
PREPARANDO EL ENFRENTAMIENTO: Myrtale y Crobyle, esclavas de Nicias se encargan de perfumarlo, arreglar su pelo, adecentar su barba, vestirlo y colocarle adornos (brazalete y anillo) y se sienten atraídas por su nuevo aspecto, pare mentira que ese hombre desaliñado se haya convertido en un hombre tan interesante.
LA ENTRADA DE THAÏS: Se acerca Thais precedida de un cortejo de admiradores amigos de Nicias que entran en la sala del banquete, situada junto a la terraza de la casa. La cortesana ha estado una semana con Nicias, era lo pactado, será la última noche antes de separarse (un pequeño dúo Thaïs-Nicias, "nos hemos amado durante una larga semana"). A Thaïs le llama la atención la forma en que la mira Athanael, a quien confunde con un extranjero, y pregunta por él. Un filósofo que está aquí para convertirte, le dice Nicias. Ella no se lo toma en serio, entona una sensual aria, sólo sirve al amor y no hay otro poder que se le asemeje ("No hay otra verdad como amar, extiende tus brazos hacia el amor") y todos los asistentes se unen a su cántico, excepto Athanael, que presa del terror y de la duda, pareciera que no tuviera miedo de Thaïs sino de sí mismo, finalmente la cortesana le reta a que visite su casa, sería una especie de duelo, Athanael está cada vez más alterado, realmente tiene miedo de sí mismo, entonces Thaïs se dispone a representar la escena de los amores de Afrodita, la que Athanael había visto ensueños, dos esclavas acuden para desnudarla y el monje huye despavorido. Si no sabes torear, para qué te metes.
Vamos a escuchar esta escena en la grabación comercial protagonizada por Renée Fleming, Thomas Hampson, Giuseppe Sabbattini, la Orquesta Nacional Burdeos Aquitania dirigidos por Ybes Abel.

- PARA ACCEDER AL SEGUNDO ACTO: AQUÍ
Entrada relacionada:
Notas sobre "Thaïs", próxima ópera en Les Arts.