Pronto, sobre las 22:30 horas, ya estábamos dentro del recinto. Muy poco gente e, igualmente, ambiente tirando a pijo. Aunque el entorno de la cabina se mantenía como punto de encuentro y reunión de los más interesados en la música, sea cual fuere. Lo más grato de ese ambiente inicial fue cruzarse con Roger Shah o Carl Cox por los pasillos o echarse un cigarro junto a un Orjan Nilsen rodeado de gente.
A ritmo de un número cada 3-4 minutos, iban apareciendo nuevos nombres. Rápidamente, algo nos llamó la atención que, a la postre, serviría de premonición. Puesto 99: Leon Bolier, baja 31. "Menuda host...", pensamos. Esa iba a ser la tónica toda la noche, ver a tranceros de la "vieja escuela" y maestros del techno precipitarse hasta el fondo de la lista.
El número 89 merece una mención aparte. El español Juanjo Martín aparece en las pantallas casi gigantes. Servidor le brindó una ovación, ya que nadie estaba mirando la pantalla de las mil y pico personas que allí habían. Y por sentimiento patrio. Andreu, mi compañero de viaje me preguntó mientras mantenía el aplauso en alto: "¿Quién es ese?". Mejor no pongo la respuesta, pero los buenos tranceros opinaréis igual.
Fue durante su sesión cuando nuestras mentes sagaces se pusieron a funcionar. Claro si Armin pinchaba primero y Guetta después... el pescao estaba vendido. Le daba el relevo en su propia casa a un foráneo. Le pasaba el testigo al hombre al que Armin se ha vendido. Y ahora explico por qué, pero primero, la reacción del público, que creo que este vídeo deja muy clarito...
Tras vivirlo no puedo dejar de destacar la maravillosa actitud del holandés. En mitad del abucheo (no general pero si mayoritario) agarró el micrófono y empezó a pedir un aplauso para Guetta, que era un gran día para todos y sobre todo para David y que lo disfrutáramos. Como si de Jesucristo se tratará, todo el mundo empezó a aplaudir... no se sabe a quién o qué exactamente.
Acto seguido empezó la sesión del nuevo número uno, con más de un gesto innecesario del público. Por ejemplo, que el francés levantará su mano derecha en un break y hubiera más dedos anulares en alto que brazos acompañando el subidón. Pero sesión que demostró empíricamente porque Guetta es nuevo número uno y Armin nuevo número dos. Y con razón.
Y para demostrar hasta que punto Guetta estaba "sufriendo", no hay más que ver su final. Bueno, su no final. Ya que de repente nos miramos y gritamos "¡ESTO ES TRANCE!". Deberíamos haber mirado la cabina primero, ya que cuando nos acercamos vimos que ya no estaba el rubio pinchando, sino Markus Schulz, que se marcó su clásica sesión de mainstream.
Lo mejor de ese final fue poderse echar un bailoteo al lado de un gigante (en todos los sentidos) como Carl Cox, camuflado entre la multitud. Os recomiendo ver el vídeo y observar el gesto del británico antes break del tema que se estaba pinchando Schulz... la guinda perfecta a noche que dió mucho de sí. Dos apuntes: Tiësto número tres (mi abuela me solía decir lo importante no es llegar sino mantenerse) y el subidón exagerado del dubstep (pero creo que no merece la pena comentarlo).
Gracias a Andreu por los testimonios visuales y por ser tan buen colega.