La envenenada herencia del Espirito Santo. (Y II)

Publicado el 01 agosto 2014 por Santiagomiro

Ricardo Salgado, ex presidente del BES
“Tanto la exposición del Banco Espirito Santo como la de los clientes minoristas –sigue reconociendo Miguel Alba en su artículo ‘La envenenada herencia del clan Espirito Santo’– estaría cubierta por este 'buffer' de capital de 2.100 millones y las provisiones por valor de 700 millones. Pero, tanto estos inversores como una pequeña bolsa de clientes minoritarios no contaban con ningún tipo de colchón, por lo que se enfrentaban a perder toda su inversión. Y, en un año, el BES pasó de ganar 96 millones a perder 518; la acción cayó de 6,13 euros a 0,63 céntimos de la actualidad. Sus accionistas no han visto dividendos desde hace tres años. Y el 16 de junio el banco cubre un aumento de capital por 1.045 millones, la tercera ampliación en tres años, convirtiéndose en uno de los bancos mejor capitalizados de Portugal sin necesidad de los fondos de rescate”.
Pero la alegría apenas duró cuatro días. La disputa entre los primos se prolongó hasta que el banco divulgó la convocatoria de una asamblea general extraordinaria, para el 31 de julio, en la que los accionistas tenían que votar a Bento como nuevo presidente ejecutivo. En apenas tres semanas, no habría más familiares en la dirección del propio banco. Y el patriarca del clan Espirito Santo ofreció al Banco de Portugal colocar a Alfredo Sáenz en la presidencia del BES. Se trataba del sucesor de Mario Conde en Banesto. Ricardo Salgado, ex presidente del BES, propuso al ex CEO del Santander como su sustituto al frente del banco luso. Salgado propuso a Sáenz, no sólo por la amistad que les une, sino por su currículum financiero. De hecho, la experiencia del ex CEO del Santander en la gestión de una entidad intervenida y con una grave situación patrimonial, como en su día fue Banesto, fue una de los argumentos esgrimidos por Salgado para defender la candidatura de Sáenz a la presidencia del BES. Sin embargo, Carlos Costa, gobernador del Banco de Portugal, anuló esta vía, argumentando los problemas de 'governance' que se podrían generar, teniendo en cuenta que Sáenz dimitió del Santander ante la amenaza del Banco de España de cesarle al no cumplir con los requisitos de honorabilidad bancaria por una condena que arrastraba desde su etapa al frente de Banesto. Y el devenir del BES, abocado a una recapitalización, por el agujero patrimonial surgido en el hólding, creado precisamente por el propio Salgado, llevó al Banco de Portugal a colocar a Vítor Bento, un hombre de su confianza.
Fuentes financieras no descartan que esta recapitalización tenga un carácter mixto, con ayudas públicas y privadas, mediante la entrada de un 'caballero blanco' para el BES. En el sector no se descarta, incluso, que ese posible comprador pueda ser el propio Santander. No en vano, Emilio Botín quiere darle mayor dimensión a Santander Totta, la filial portuguesa del banco con sede en Boadilla. Para ello, explora la compra de la filial lusa de BBVA. La política del Santander con sus filiales es que éstas sean una de las tres entidades de referencia en las geografías en las que operan. Con la adquisición del BES, el Santander lograría situarse como líder del mercado bancario luso.
Ricardo Espirito Santo Silva Salgado, expresidente de Banco Espirito Santo (BES) es detenido el pasado jueves por agentes de la Policíaportuguesa en su casa de Estéril, en el marco de una operación contra la evasión fiscal y el lavado de dinero. Con 70 años, Salgado deberá prestar declaración ente el juez en el marco de la 'Operación Mont Blanc', relacionada con una trama para presuntamente facilitar la evasión impuestos y el lavado de capitales a través de la sociedad Akoya, compañía domiciliada en Suiza. El arresto del ex presidente ejecutivo del BES durante los últimos 22 años, fue ejecutado por el Ministerio de Público con la colaboración de inspectores fiscales y bajo la autoridad del juez Carlos Alexandre. Su detención se produce un día después de que varios inspectores fiscales entraran también en la sede de Lisboa del Consejo Superior, el órgano máximo de la familia, en busca de documentos sobre empresas del grupo. En este órgano, las cinco ramas de la familia se reunían para votar y fue donde Salgado expuso la situación del grupo.