Yo soy de papel, lo reconozco, y disfruto mucho más esas tardes de lectura en el sofá teniendo un libro entre las manos en lugar de una pantalla. El tacto, el olor... las sensaciones son únicas.
Pero, al margen de la eterna discusión sobre si es mejor el libro tradicional o el electrónico, hay que reconocer que el formato digital ha revolucionado la forma de aprender conceptos y buscar información.
Hace años que los estudiantes conviven día a día con libros de texto y pizarras digitales. Incluso los más pequeños aprenden las letras y los números mediante aplicaciones que se instalan en la tableta.
Personalmente, prefiero otra clase de libro interactivo, el tradicional. ¿Qué padre o madre no ha pasado tiempo con sus hijos abriendo y cerrando ventanas de cartón o estirando lengüetas para descubrir texturas, palabras o animales escondidos? Esos eran los libros que más éxito tenían en la biblioteca, seguramente porque manejaban muy bien lo visual. Y si no, fíjate en este.
De hecho, nuestro cerebro aprende mejor a través de imágenes porque perduran más tiempo en la memoria y porque ayudan a entender los conceptos más abstractos.
Y eso, precisamente, es lo que potencian los libros digitales en las aulas al combinar la teoría con archivos multimedia, mapas conceptuales, imágenes, audios y videos. Además, les permite resaltar porciones de texto, clicar en enlaces que les lleva a otros recursos para ampliar la información, o crear notas.
El mundo digital cambia por momentos y en seguida te pierdes si no estás al día. Eso fue lo que me pasó el otro día cuando topé en la web con algo totalmente desconocido para mí, algo que va un poco más allá del libro interactivo digital: la narrativa transmedia.
Carlos Alberto Scolari, en su libro "Narrativas transmedia", explica lo que son:
"Relato que se cuenta a través de múltiples medios y plataformas. La narrativa comienza en un cómic, continúa en una serie de dibujos animados, se expande en forma de largometraje y termina incorporando nuevas aventuras interactivas en los videojuegos. (...) Pero las narrativas transmedia también se caracterizan por otro componente: una parte de los receptores no se limita a consumir el producto cultural, sino que se embarca en la tarea de ampliar el mundo narrativo con nuevas piezas textuales."En resumen, la idea de la narrativa transmedia se basa en aprender una lección o concepto partiendo de un relato que no contiene toda la información y que el alumnado debe buscar mediante diferentes recursos.
Los libros interactivos trabajan con medios multimedia desde una misma interfaz, mientras que los transmedia utilizan dichos recursos pero a través de diferentes plataformas.
Cada estudiante puede aportar contenido nuevo y agregar enlaces o libros relacionados que refuerzan el tema. Pero cada uno afronta la búsqueda de forma distinta, así que la historia también se puede contar desde diferentes ángulos. Por lo tanto, la experiencia no se limita a leer en línea, sino a crear un universo desde varios puntos de vista.
Con todo ello, se busca promover la curiosidad innata en el ser humano para generar un proceso de búsqueda, con lo que se convierte en un método eficaz, no solo para aprender, sino para estar más atento en clase.
El concepto transmedia no se utiliza sólo en el ámbito educativo. Muchas empresas lo utilizan para que sus clientes interactúen con los productos que promocionan. Es como una estrategia de storytelling pero en la que se explica una historia por partes y repartida en diferentes canales. Cada una de esas partes anima al usuario a investigar para completar el relato, participando e interactuando en algún soporte tecnológico.
Te animo a leer el artículo "Transmedia Storytelling: ejemplos que marcan historia", del blog Bloggin Zenith. Allí aparecen un montón de ejemplos de empresas y marcas que lo utilizan.
Para terminar, y ya que este año se celebra el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, te dejo el enlace del Quijote Interactivo. Sí, la Biblioteca Nacional de España ha digitalizado nuestra obra literaria más universal. Se trata de la primera edición del Quijote y va acompañada de una serie de archivos que incluyen mapas de las aventuras del hidalgo caballero o información sobre la España del siglo XVI y los libros de caballerías. Todo para ayudarte a tener una visión más amplia de la obra y su contexto.
La verdad es que es toda una experiencia que te transporta al pasado.
Y tú, ¿conocías la narrativa transmedia?