La Guerra Civil Española y el régimen de Franco
Cuatro columnas del Ejército avanzaban hacia Madrid. El general rebelde Mola, afirmó que además de estas existía una quinta columna integrado por monárquicos, falangistas y demás, los cuales se hallaban mezclados entre los civiles de la capital y estos atacarían por la retaguardia apenas se dé la orden. Desde entonces se incorporó la frase "la quinta columna" al léxico mundial para hablar de una fuerza subversiva dentro del mismo campo enemigo. El avance de los militares apoyados por los alemanes e italianos se vio detenido luego de que los republicanos pusieron sitio a la guarnición nacionalista de Toledo, permitiendo la llegada de la Primera Brigada Internacional a Madrid, la de los aviones y armas rusas. Francia e Inglaterra decidieron no intervenir de momento o directamente, pero eso fue una burla, pues la política de no intervención fue falsa, el tráfico de armas a ambos bandos fue algo común. Desde agosto de 1936 Italia y Alemania enviaron a los nacionalistas aviones y durante todo el conflicto continuó dicha ayuda, en total fueron enviados unos 6 mil aviadores alemanes de la Legión Cóndor y 75 mil soldados de infantería italianos. La URSS, envío a los republicanos armas y técnicos y los países de distintas partes del mundo hicieron llegar aprox. a 35 mil soldados. La intervención extranjera prolongó el conflicto, las luchas fueron feroces, los bombardeos aéreos fueron extremos, como por ejemplo en Guernica, donde una bárbara destrucción de la aviación germana casi borró la ciudad de la faz de la tierra, y es símbolo de penuria y destrucción para cada español que se atreve al mirar atrás en su historia. Los combates en tierra a veces se daban hasta el último hombre. Las ejecuciones a personas y civiles, eran pan de cada día. Si bien Madrid resistió hasta el final, tuvo que trasladar el gobierno hacia Valencia y luego a Barcelona a lo largo del conflicto. La junta provisional de Burgos proclamó a Franco como jefe de gobierno y Alemania e Italia lo reconocieron. Los nacionalistas avanzaron hacia Madrid, y paralelamente al norte de España donde consiguieron llegar hasta la frontera con Francia. La ocupación de Bilbao, Santander y Gijón eliminó los últimos focos de resistencia detrás de sus líneas. En 1938 la ofensiva hacia el Mediterráneo a la altura de Fertosa dividió en dos a la España gubernamental y se decidió atacar Barcelona. Luego de cruentas luchas la capital catalana fue tomada en enero de 1939. La resistencia se derrumbó rápidamente: Madrid, Valencia y el sudeste fueron ocupados por los nacionalistas. El 1 de abril de 1939 el generalísimo Franco declaró terminada la guerra civil. Aprox. se calculó que la misma había causado 1 millón de muertos, la economía del país quedó arruinada y en el ambiente se respiraba odio, en medio de muertos y edificios en ruinas. Medio millón de personas más, enemigas o temerosas del régimen, huyó del país, la mayoría a Francia (muchos soldados republicanos pelearon del lado aliado en la segunda guerra mundial). El resto de países, ni siquiera la URSS, siguió el ejemplo de acoger comunistas, finalmente muchos españoles huyeron a México, Argentina, Venezuela y otros países de Iberoamérica.
La era del Franquismo
El régimen que dio inicio con Franco, fue a todas luces un régimen totalitario, inspirado en los fascistas de la época y sus alrededores, hasta llegó a firmar el Pacto-Antikomintern y a abandonar la Sociedad de Naciones. La guerra mundial estaba a punto de dar inicio cuando Franco se sentó a mandar el país, por ende ayuda internacional para reconstruir España, casi ni hubo o fue escasa, había pérdidas en los mercados y el país estaba totalmente empobrecido. El gobierno trató de hallar algún consuelo mediante los subsidios para calmar el hambre en un país desangrado, y a Franco, probablemente muy deseoso de entrar en la guerra, sólo le quedó conformarse con una neutralidad que compartió con Portugal, pero más fue porque la guerra empezó demasiado pronto y los españoles no tenían una poderosa industria ni medios. Así se mantuvo durante todo el conflicto, aunque es muy cierto que Franco vio favorecidos sus intereses cuando Alemania e Italia compraban sus materias primas, exportando a costa de los aliados, con quién mantenía frías relaciones comerciales. Por otro lado su inclinación fascista llevó a que el gobierno de Franco colabore con Alemania enviando la Brigada Azul al frente soviético el cual combatió hasta 1944. Poco antes de la guerra, y durante, algunos nazis como Himmler y hasta el mismo Führer visitaron la tierra española para afianzar relaciones.
Durante el conflicto, Alemania hizo todo un balance de lo que significaría introducir a España en el conflicto, pero definitivamente no fue conveniente para Hitler, y al final, el Führer sólo se conformó con la cómoda neutralidad y el beneficio de los privilegios en las exportaciones españolas. Franco fue también muy hábil, pues se desentendió fácilmente de los regímenes fascistas cuando estos empezaron a perder la guerra, alegando hacia el final del conflicto que España jamás había sido nazi o fascista. Pero el mal estaba hecho. Los aliados aislaron a España económicamente, tenían, además de la mencionada Brigada Azul, la prueba de que los germanos utilizaron los puertos y aeropuertos españoles en su beneficio. La ONU no admitió el ingreso de España y la mantuvo relegada, siendo la Argentina, de Perón, otro de los pocos gobiernos que seguían apoyando a Franco. Pero no todo fueron malas noticias para España, tan sólo unos años más tarde, la ONU revoco su decisión y tras una alianza en 1953 a través de un pacto bilateral con Estados Unidos, se integra a España en las relaciones comerciales mundiales; inclusive en 1959 Eisenhower visita España, un hecho que no dejó de generar controversias y reclamos por el pasado fascista que el gobierno español representaba.
La década del 60 empezó un poco mejor para Franco, luego de una década anterior bastante pobre y paupérrima. Las reformas liberales y el nuevo acercamiento de Estados Unidos dieron resultados poco a poco. Por ejemplos gracias a este último país a cambio de utilizar bases de aviación militar y algunos puertos, España recibió unos 226 millones de dólares destinados a obras hidroeléctricas y demás; lo que vino a ser una especie de Plan Marshall para España. En el gobierno en sí, un cambio de falangistas a los denominados tecnócratas, facilitaría también las cosas pues el modelo autárquico fue quedando atrás poco a poco. La entrada del capitalismo mediante algunas grandes empresas, el turismo y las remesas de los españoles en el extranjero (unos 800 mil españoles casi) fueron poco a poco levantando al país. Como en todo gobierno con un dictador y con tendencia centralista, los primeros beneficios se detectaron en manos de los más ricos, aunque la población para fines de los sesenta experimentó también una mejora en su calidad de vida. Como en todo el mundo, los sesenta fueron una década de liberación, y España no fue la excepción. Ya sea desde la música pop hasta la minifalda y muchas costumbres hippies, el país no se vio aislado de la moda; lo que significó que Franco de por sí, estaba un tanto más abierto a que su sociedad cambie en algunos aspectos que no lo afectaban. Por supuesto no pudieron faltar los eternos roces con las organizaciones sindicales, las cuales siempre protestaron contra el régimen de Franco buscando una mejor calidad para sus compatriotas obreros, siempre con la sombra del Partido Comunista en el exilio. Los estudiantes y sus propias organizaciones también representaron siempre un enemigo acérrimo del régimen, cada vez más despreciado, y que a menudo culminaba con violentas represiones.
Conforme avanzaban los años y Franco se hacía más viejo, se le presionó para que nombre su sucesor, lo que hacía presentir que el país volvería a su senda democrática. Se le presionó para que Don Juan, hijo de Alfonso XIII, el rey que se exilió, asuma el nuevo gobierno. Juan, sin embargo no se mostró muy entusiasta y carecía de dones de mando y experiencia política, finalmente contra todo pronóstico, en julio de 1969, presentó al consejo del Reino y a las Cortes a Juan Carlos como su sucesor, pero en realidad dichas Cortes no eran soberanas de momento, y mientras tanto Franco seguiría mandando y emitiendo las leyes, siendo el único con ese don. Así llegó la década de los setenta, en la cual el afloje del régimen permitió poco a poco el surgimiento y fortalecimiento de diferentes movimientos como los continuistas y los inmovilistas, estos últimos más moderados quiénes querían modificar el régimen autocrático y quitar a las típicas figuras del gobierno que no habilitaban la democracia...hasta trataron de reemplazar la sucesión de Juan por Alfonso, otro Borbón, quién por cierto-Alfonso claro-estaba de prometido con la nieta de Franco.
El franquismo continuó y recibió visitas importantes tales como Nixon y Kissinger, pero las protestas y disidentes políticos fueron en aumento, hasta inclusive los sectores de la llamada Democracia Cristiana, cercanos por lo general a Franco, empezaron a rechazar, uno de esos grupos fue el UMD y la Iglesia misma. El Vaticano también prefirió mantenerse distante y poco a poco Franco se fue quedando sin aliados. Para colmo de males surgieron los grupos terroristas como el FRAP, y algunos como el famoso ETA, el cual, apropósito, mató en diciembre de 1973 a Carrero Blanco, el presidente de gobierno. A muchos de estos, además de los cotidianos muertos civiles, Franco trató sin clemencia y los mandó a ejecutar, desprestigiando al país por completo por atentar contra los Derechos Humanos, se retiraron embajadores y ante esto su salud se deteriora totalmente. Franco agonizó lentamente hasta que sufre un nuevo ataque cardíaco, el tercero de su vida y luego un cuarto, falleciendo finalmente el 20 de noviembre de 1975. Alejandro Rodríguez Valcárcel había sumido como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes. El cuerpo de Franco estuvo poco más de dos días en la sala de Columnas del palacio de Oriente en donde se calcula fue visitada casi por medio millón de personas, una cifra bastante menor a la que se esperaba. Tras su muerte Juan Carlos fue embestido como rey, cargo que ocupa hasta hoy y anunciaba el retorno oficial de la monarquía al país.
En definitiva, hagamos un pequeño resumen de todo lo que fue el franquismo en los distintos ámbitos de la vida para el español: era un régimen anti-liberal, era totalitario y unipartidista; todo estaba dominado por la Falange Española Tradicionalista (FET) y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), (al mejor estilo de las SS) que convirtieron a España en un país policiaco; era totalmente anti-parlamentario, se disolvieron todos los partidos y no existía un órgano legislativo real; terminantemente anti-comunista incrementando las persecuciones por todo el país; implantó algo llamado nacional-catolicismo en el cual el régimen estaba íntegramente relacionado a la Iglesia (institución que iría poco a poco abandonándolo), esta alianza rasgo del régimen franquista sirvió para calmar a los fervorosos católicos sin la necesidad de reprimirlos y encontrar disgustos con Roma; era centralista, no quería una España federal o una autonomía regional, lo que generó problemas que el país arrastra hasta hoy en día como la del surgimiento nacionalista de diferentes "españoles" tanto de identidad como de otros rasgos culturales como los idiomas, eso sin contar algunos grupos terroristas; era chauvinista y tradicionalista es decir que todo lo español se exaltó buscando formar una identidad en base a lo histórico, lo cultural etc.; y a esto hay que agregar los típicos rasgos de un estado fascista, tales como: el control absoluto de los medios y la represión a la presa, mucho diarios y radios fueron eliminadas; los Sindicatos estaban reunidos en una sola organización del gobierno, cualquier otro era considerado ilegal; entre otras características típicas de una dictadura.
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