Los machos de los segadores tienen un pene retráctil, que pasa la mayor parte del tiempo escondido en el interior de su cuerpo. Esto supone un problema para los científicos, ya que los órganos genitales les permiten diferenciar entre las especies. Por este motivo, el fósil es una oportunidad única para que los investigadores echen un vistazo sin censura.
El estudio, del que se hace eco la web de la revista Science, fue publicado por Naturwissenschaften. Sus autores describen el fósil y lo colocan en una nueva familia extinta de segadores, conclusión a la que llegaron en parte por ese pene inusual, que luce una punta en forma de espátula.