La escena del beso

Publicado el 14 febrero 2015 por Escrilia @escrilia

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El artículo de San Valentín no podía tratarse de otra cosa.

En muchas novelas (no sólo las románticas) las escenas donde los protagonistas se besan tienden a ser significativas por una razón u otra. Ya sea un primer beso, un beso anticipado, un beso “no deberíamos haber hecho eso (pero lo deseábamos)”, un beso que declara amor, un beso “obligado (pero me gustó)”…

Besar, en las novelas, tiende a ser un importante giro argumental para los personajes.

Los mejores besos son los que tiene más significados que el acto en sí. Lo que es interesante para el lector (y divertido de escribir) no es el hecho de pegar los labios (bueno, eso también), sino las implicaciones detrás de ese beso. Así sea el consabido “¡Finalmente están juntos!” o el “Nooo, no era él (o ella) a quien debes besar, gran error.”

Sabemos que los personajes no solo se besan para demostrar cariño, pasión, o porque simplemente no pueden mantener sus bocas separadas (todas buenas razones para morrearse). No son lo mismo todos los besos, los importantes, los que el lector espera, son los que afectan al personaje.

Yendo al punto, la descripción escrita de los besos depende en todo del tono y el argumento de la novela. Hay novelas que casi lo pasan por alto, sin apenas describir nada, porque si bien es importante para el personaje no lo es tanto para el argumento. Las novelas en las que el romance juega un papel importante tienden a ser más explicativas, incluyendo también metáforas y lenguaje poético, llevando estas escenas a desarrollarse abarcando varias páginas.

A lo que hay que prestar atención en éstas escenas es a lo que ese beso significa para nuestros personajes (especialmente para nuestro/a protagonista). Si su personaje está besando a un extraño en una fiesta y pensando en “qué mal besa este chico, por qué no acaba esto de una vez”, esa escena es tan importante como la del beso de amor.

La próxima vez que su personaje vaya a besar, tómese el tiempo de pensar en el sentido que tendrá (más allá del físico). A menudo una ración extra de significado en un beso que ya de por sí es fantástico puede ser exactamente lo que lleve a esa escena al siguiente nivel.

Hay muchas maneras de poner en palabras la escena del beso, pero tenga en cuenta estos consejos:

- Evite escribir beso (besarse, besó, se besaron) y busque algún sinónimo más concreto. El idioma castellano es de los más completos del mundo y cada palabra tiene sutiles diferencias con las que debería ser sinónimo, nunca significa exactamente lo mismo.

- Menos es más: no sea repetitivo y agotador. Escriba todo lo que necesite para dejar claro el momento, sea todo lo íntimo que necesite y manténgase enfocado. Un buen beso involucra a dos personas y hace que todo lo demás pase a segundo plano. No se ponga excesivamente poético ni comience con extensos monólogos internos existenciales, eso saca a los lectores de la escena.

- Mantenga a los personajes en su papel: Piense en lo que ese beso significa para cada uno en particular. Para un hombre puede ser salvación, redención, entrega; para una joven enamorada puede ser confianza, felicidad, futuro. Los personajes llegan al beso con distintos pasados y se concentran en distintas cosas en ese momento. Hay que tener esto en cuenta a la hora de describir los aspectos y emociones que destaca cada uno.

En cuanto a la descripción en sí, hay varios elementos de los que podemos echar mano. Besar no sólo implica labios, hay mucho más: lenguas, dientes, ojos, caras, manos, narices, cuerpos, latidos, voces y, lo más importante, emociones. Vayamos por partes:

Labios: Pueden ser suaves y tiernos, deslizarse sobre los otros labios o ser agrietados, secos y atascarse. Pueden coincidir de arriba abajo o pueden solaparse, con la parte superior o inferior de labios de una persona capturada entre los labios de la otra persona (delicioso). Si hay lápiz de labios entonces habrá un sabor determinado. También provocan sonidos al juntarse y separarse porque son blandos y están húmedos.

Lenguas: Están siempre cálidas y mojadas. Son muy versátiles, pueden tocar y acariciar labios, dientes, otra lengua. Pueden ser suaves y delicadas o torpes e inquietas. Cuando hay lenguas involucradas también hay saliva. Eso es sexy cuando nos atrae la otra persona, pero si no es el caso… Aghh!

Dientes: Es posible que choquen con torpeza o que muerdan sensualmente. Una persona que se muerde su propio labio puede ser excitante y unos suaves mordiscos a los labios del otro elevan el encuentro a un nivel más caliente. Morder demasiado causa dolor.

Ojos: Muy abiertos expresando sorpresa, medio cerrados por el deseo o totalmente cerrados indicando gozo o placer. Los ojos pueden contemplar con amor, con lujuria, con nostalgia, con avidez, pueden ser seductores. Todo depende de las emociones de sus personajes. Pídales que hagan lo que quiera, pero al menos merecen una mención.

Caras: Son donde los labios están ubicados. Las narices chocan, las mejillas se ruborizan, las orejas se ponen rojas, las frentes se arrugan o se relajan. Los labios pueden dejar de posarse en los otros labios muy fácilmente y besar mejillas, barbillas, orejas, cuellos. Los besos sobre las narices y frentes son adorables, en las mejillas son tiernos y dulces, en orejas y cuellos sensuales y excitantes.

Manos: Son fundamentales para describir un beso. ¿Dónde están en ese momento? ¿Un personaje sostiene al otro cerca con la mano tras su cabeza o su espalda? ¿Las usan para atraerse o para separarse? Los dedos rozando la mejilla o las palmas agarrando carne debajo de la espalda transmiten dos situaciones muy diferentes, aunque el beso en sí sea el mismo.

Narices: Son molestas. Se interponen con facilidad, especialmente en los primeros besos. La gente debe inclinar ligeramente su cabeza, porque si no chocan. Generalmente se mencionan para indicar nerviosismo, alguna situación rara o incómoda.

Cuerpos: Se acercan, se fusionan o se mantienen quietos, alejados. Alguien puede rodear al otro con sus brazos de forma agradable o aprisionarlo. Pueden ser cálidos o ardientes, calmos o nerviosos, relajados o tensos. Moverse de forma sensual o temblar.

Latidos: La proximidad posibilita sentir los latidos del otro. Pueden ser rápidos o lentos y nada más, pero hay toda una serie de razones para ser de esa manera. Un corazón puede latir rápido por miedo, excitación o nerviosismo; un corazón puede latir con la lujuria, acelerarse por el terror o cantar con alegría. Los corazones pueden brillar, encogerse o hacerse añicos. Cuando usted realmente desea referir las emociones de un personaje, mencione el corazón.

Respiración: Los labios no tienen sabor, pero la respiración sí. El aliento sabe diferente, huele diferente y rodea a la otra persona de forma particular, única. Puede ser cálido y dulce, sexy, amenazante o terrorífico. Muchos escritores lo dejan fuera de sus escenas, pero es importante. Respirar el aliento de otra persona es muy íntimo, y puede ser el cielo o el infierno.

Voz: Transmite mucho, incluso sin palabras. Una voz puede gemir, suspirar, jadear, balbucear, guiar, alentar, gritar. Voz puede transmitir emociones de forma poderosa o sutil. No participa del beso en sí, pero tiene gran protagonismo en el antes y el después (con sus variaciones y derivaciones). Hay algunos besos que son silenciosos, pero muchos no lo son.

Emociones: Es lo más importante y por eso hay que cuidarse de no decirlas, hay que mostrarlas. Describirlas a través de las acciones y reacciones sin usar adjetivos. Si están enamorados sus cuerpos buscarán acercarse, sus ojos sonreirán, gemirán. Si están nerviosos sudarán las palmas, chocarán sus narices, serán tartamudos y torpes. Si tiene miedo, sus músculos estarán tensos, sus caras harán muecas, sus labios permanecerán cerrados. Las emociones son lo que usted debe tener en mente cuando escribe esta escena.

¡Eso es mucho material para trabajar! Por supuesto no todas las escenas de beso deben incluir referencias a todos estos componentes, es sólo una lista de posibilidades. Tenga en cuenta que “se dieron un largo beso” son sólo cinco palabras y se leen en medio segundo, por lo que resultan un beso muy corto. Si desea un beso importante necesita párrafos enteros e involucrar al lector en esos sentimientos que producen en sus personajes.

Tres o cuatro de estos elementos seguro que harán bien el trabajo, pero hay que organizar la escena de tal forma que sean efectivos. Hay varios puntos a tener en cuenta:

Escenario Es importante porque influye directamente en el estado de ánimo de los personajes para el beso (y en el ánimo del lector). Por ejemplo, un beso en un garaje oscuro tiene una sensación completamente diferente a un beso delante de un fuego acogedor. Incluya detalles descriptivos para implicar al lector en la escena, para que pueda sentir el ambiente.

Distancia / proximidad Para besarse, los personajes debe estar muy cerca uno del otro. Cómo llegan a esa situación es lo que va generando tensión e intriga en el lector y le incita a pasar las páginas. Tiene que ser un conflicto, una situación de peligro/rescate o una mayor conciencia (o deseo) de ambos personajes lo que les mueve el uno hacia el otro. Tome ventaja de ello, úselo bien.

Los cinco sentidos No hay sorpresa en esto: utilice los cinco sentidos para esta escena. Los personajes deberán escuchar, ver, tocar, oler y saborear el momento, utilizando los elementos antes mencionados.

Argumento El beso debe tener sentido en la historia. ¿Qué lleva al beso? ¿Qué sucede después? Si pasa cerca del principio entonces desatará un conflicto. Hay que mantener la tensión, el interés y la intriga en los lectores, para que no abandonen la lectura y que ansíen el momento en que se besen nuevamente.

El beso es una de las escenas más importantes en la literatura, puede generar historias, complicarlas y solucionarlas. Los besos pueden ser muy efectivos para atrapar al lector, pero deben ser cuidadosamente escenificados para provocar esa reacción emocional que buscamos. No en vano son una de las escenas más utilizadas en las películas, justo antes del The End.