Ignoro qué nudo narrativo será el mío, si es que alguno hay. Tampoco me preocupa tener uno mientras siga escribiendo. Sospecho cuáles me son más afínes y poseo una certeza absoluta sobre los que no me incumben en absoluto. Ya no tengo a ningún autor en la cabeza o no como los tuve, guiando mi crecimiento como escritor, tutelando la travesía de la sintaxis. De vez en cuando me deslumbra alguien de tal modo que adquiero trazos de esa escritura, giros que me fascinaron, pequeñas briznas de genio que después no cuajan como anhelo o simplemente ni siquiera ocurren. Como si yo supiera cuál es la receta, de qué secreto y maravilloso modo volcar el texto, pero después no encontrara el modo de hacerlo. Escribir es siempre un ejercicio de riesgo. Se expone uno mucho, se enseña en demasía. Quizá por eso incurre a veces en escribir a la Kafka, aunque no alcancemos ni por asomo el rango creativo o la excelencia de los modelos en los que conscientemente o no solemos mirarnos. Nunca tuve ningún año Bucay o Coelho. Sobre todo Coelho. Será que me expuse poco o que indagué sin entusiasmo. En ese mapa no me perdí.
Ignoro qué nudo narrativo será el mío, si es que alguno hay. Tampoco me preocupa tener uno mientras siga escribiendo. Sospecho cuáles me son más afínes y poseo una certeza absoluta sobre los que no me incumben en absoluto. Ya no tengo a ningún autor en la cabeza o no como los tuve, guiando mi crecimiento como escritor, tutelando la travesía de la sintaxis. De vez en cuando me deslumbra alguien de tal modo que adquiero trazos de esa escritura, giros que me fascinaron, pequeñas briznas de genio que después no cuajan como anhelo o simplemente ni siquiera ocurren. Como si yo supiera cuál es la receta, de qué secreto y maravilloso modo volcar el texto, pero después no encontrara el modo de hacerlo. Escribir es siempre un ejercicio de riesgo. Se expone uno mucho, se enseña en demasía. Quizá por eso incurre a veces en escribir a la Kafka, aunque no alcancemos ni por asomo el rango creativo o la excelencia de los modelos en los que conscientemente o no solemos mirarnos. Nunca tuve ningún año Bucay o Coelho. Sobre todo Coelho. Será que me expuse poco o que indagué sin entusiasmo. En ese mapa no me perdí.