Ahora nos encontramos con que hay una auxiliar de enfermería enferma y nadie puede afirmar que no se declare algún nuevo caso. El
peligro de contagio no es una fabulación o una profecía de los agoreros, es real. Los peores pronósticos se han confirmado y no me sorprende.Lo que sí me ha sorprendido hoy es comprobar en una red social que hay quien se alegra de lo ocurrido. De que el protocolo haya fallado, de que la gestión de la ministra de Sanidad sea pésima. Hay quien se alegra porque esto le reafirma en su tesis de que no tenemos el gobierno que nos merecemos.
Cuando leo estos comentarios me quedo entre estupefacta y sorprendida.