La España que ha llenado sus balcones con banderas y que llena los mítines de la derecha terminará cerrándole el paso al nuevo proyecto de destrucción de la nación, esta vez organizado e impulsado bajo el liderazgo del PSOE, a cuyo frente se ha colocado un tipo ambicioso y con claros síntomas de descontrol mental, al que algunos especialistas y adversarios señalan como psicópata.
El amor a España se ha convertido en la idea fuerza de la actual campaña, en un elemento con el que no contaba Pedro Sánchez y el que puede Causarle la derrota. Los mítines de VOX, abarrotados de banderas, son sobrecogedores y el amor a la España que Sánchez coloca en peligro de muerte forma parte ya de todos los mítines y discursos, incluso adoptado por un Pablo Iglesias que ha sabido interpretar lo que el grueso de España desea.
Pedro Sánchez está en retroceso porque su asalto a la nación está siendo frenado una vez más por el amor a la patria. El que está interviniendo ahora es el mismo espíritu que derrotó a los invasores musulmanes en la Reconquista, a los invasores de Napoleón y a cualquier enemigo que ponga la nación en peligro.
Pero el amor a España no es la única fuerza que empuja a Sánchez hacia la derrota. Tiene mucho peso que el modelo de España que él impulsa es políticamente viejo y está derrotado en todo el mundo. Hoy la prensa francesa anuncia una notable bajada de impuestos ordenada por Macron, pero aquí el obsoleto y torpe Pedro Sánchez pretende subirlos para estrangular la economía y provocar más paro, mientras los políticos se llama los bolsillos. Cuando los impuestos retroceden en todo el mundo, se refuerza la unidad de las naciones y se reduce del Estado, aquí el peligroso Sánchez conduce en sentido contrario.
La dignidad y la decencia llegan tarde, pero llegan siempre a su cita con la Historia de España.
Francisco Rubiales