¿La España de Sánchez e Iglesias está bajo una dictadura?

Publicado el 11 septiembre 2020 por Franky
Oficialmente, España es una democracia, pero posee casi todos los inquietantes y sucios rasgos de una auténtica tiranía. Bajo Pedro Sánchez, la democracia española, que ya estaba herida por culpa de presidentes de gobierno que se comportaron como pequeños déspotas y amigos de la corrupción y el abuso de poder, como Gonzalez, Aznar, Zapatero y Rajoy, se ha deteriorado todavía más y ha traspasado muchas líneas rojas vetadas en democracia, como la violación de derechos fundamentales y serios recortes en libertades, rasgos propios de las tiranías. Analicemos la triste situación de España: —- Las dictaduras se reconocen porque violan los derechos, valores y normas que son imprescindibles en las democracias. En España, aunque de manera sutil y sin derramamiento de sangre, la gran mayoría de esos derechos, normas y valores democráticos son violados por el gobierno de Pedro Sánchez.

Repasemos algunos de los rasgos que convierten a España en una tiranía despreciable:

- Recorta las libertades civiles estipuladas en la constitución

- Se impone por la fuerza y no por la razón

- Controla a la gente con miedo

- Uniforma el pensamiento y modo de vida de los ciudadanos

- Usa temas y discursos repetitivos para convencer

- Manipula la información y la encausa hacia sus fines

- Censura y castiga a quienes muestran la verdad o piensan diferente

- Impone decretos que favorecen la dictadura y desfavorecen al resto

- Cambia y acomoda las leyes a conveniencia

- Mantiene leyes injustas y contrarias a la voluntad popular

- Utiliza el dinero público para comprar voluntades, lealtades y votos

- Lava el cerebro de la gente y promociona ideas fanáticas y ciegas

- Usa vigilancia extrema sobre la población

- No acepta cuestionamientos

- "No acepta la objeción de consciencia

- El gobierno y las fuerzas de seguridad se atribuyen superpoderes

- El estado se vuelve paternalista y dice proteger de peligros, muchas veces inexistentes o hipetrofiados desde el poder

- El Estado se emplea a fondo para controlar las organizaciones civiles y castra la sociedad civil

- El Estado se entromete en la vida privada de las personas

- Controla y censura los medios de comunicación masivos

- Se violan los derechos fundamentales y humanos

- Oculta su verdadero rostro tras instituciones fraudulentas

Si se somete España a un examen riguroso sobre la calidad democrática, emerge un país con sus derechos y libertades gravemente heridos y sin los valores y rasgos mínimos que le permitirían ser considerado una democracia. La nota es insuficiente, incluso, para ser admitida como "democracia degradada". El calificativo correcto aplicable a España es el de "tiranía camuflada".

Quizás el mas poderoso argumento para demostrar el carácter tiránico de la actual España es el gobierno de Pedro Sánchez, aliado para gobernar con las fuerzas más rastreras y antiespañolas, como los defensores del terrorismo vasco, los independentistas catalanes y vascos y los totalitarios comunistas. Mas de la mitad de la población está indignada con ese gobierno, que viola normas y derechos día tras día, pero el sistema no permite librar al país del dogal que le aplasta y empobrece.

Los exámenes extranjeros que se practican a España suelen ser superficiales y no tienen capacidad de traspasar los camuflajes y mentiras que envuelven el sistema. No perciben con toda su intensidad la injusticia, la politización de los tribunales, la sumisión al poder de medios de comunicación y periodistas, el saqueo fiscal, la injusticia de leyes como las que permiten robar casas a los okupas, la intensidad de las mentiras, la huida de los ciudadanos hacia sus ámbitos privados, la economía sumergida por rechazo al expolio fiscal, el miedo que sobrecoge a la población y otros rasgos que se ocultan tras la bondad del clima, las calles llenas de gente, las risas y la aparente normalidad de un país que ocupa los peores puestos en el ranking mundial de los vicios y las carencias: drogas, alcohol, prostitución, blanqueo de dinero, inseguridad ciudadana, delincuencia callejera, abuso de poder, corrupción institucional, divorcio entre ciudadanos y políticos, podredumbre de los partidos políticos y un largo etcétera que convierte a España en una inmensa pocilga cubierta en papel de celofán.


Francisco Rubiales