La España del mundo al revés

Publicado el 21 junio 2020 por Fthin @fthin

En Patas arriba. La escuela del mundo al revés de Galeano, el plomo aprendía flotar y el corcho a hundirse, de la misma manera que el Ministerio de la Verdad orwelliano se encargaba de falsear la historia en 1984. Es a lo que se denomina doblepensar, una forma discursiva que despoja de contenido las palabras llenándolas con el significado opuesto y falso o, incluso, dos ideas que entran en contradicción entre sí aceptándose como verdaderas ambas.

Siguiendo con esa idea presente Orwell, si controlas el presente puedes reconstruir el pasado a tu antojo y marcarás la líneas sobre las que se edificará el futuro. Y los que diseñan el curriculum de la escuela del mundo al revés lo saben. Los estamos viendo estos días en el mundo y, especialmente, en nuestro país.

De esta manera, en la España del mundo al revés, tratan de hacer pasar a ultras trasnochados por demócratas y, funcionado la misma lógica inversa, a los luchadores contra la dictadura por terroristas.

En la España del mundo al revés, la del fútbol que nunca descansa, la de misas de domingo, de los transportes públicos masificados y de mítines abarrotados de partidos reaccionarios, el denominado foco de infección de la Covid-19 son las manifestaciones del 8 M.

En la España del mundo al revés los que critican con toda virulencia los avances y progresos sociales del presente se vanaglorian de ser los defensores de los derechos adquiridos en el pasado a los que se opusieron con la misma contundencia.

En la España del mundo al revés la caridad se viste de (falsa) solidaridad mientras que potenciar la justicia social y la redistribución de la riqueza es rechazadas por entenderse como una política extremista.

En la España del mundo al revés el periodismo es propaganda y la cobardía intelectual de la equidistancia es presuntuosa objetividad, porque -ya se sabe- toda opinión es respetable, incluso las objetivamente falsas.

En la España del mundo al revés el bulo es arma política, una información periodística más y garantía de independencia profesional.

En la España del mundo al revés el odio pasa por ser una suerte de acción contracultural de incorrección política y los límites de lo políticamente correcto los diseñan colectivos de ofendiditos.

En la España del mundo al revés combatir el racismo es oponerse a que las plataformas televisivas emitan "Lo que el viento se llevo" y el activismo político publicar memes en redes sociales.

En la España del mundo al revés la gestión de Díaz Ayuso es un modelo ejemplar y sus flemas reaccionarias sin pies ni cabeza, ni responsabilidad, son odas a la resistencia democrática y a la libertad.

En la España del mundo al revés los inmigrantes que llegan son (presuntos) delincuentes y a la generación mejor preparada de la historia de españoles que sale del país en oleadas se la denomina fuga de cerebros.

En la España del mundo al revés la llamada nueva normalidad no es la esperanza de hacer las cosas de una manera más justa, democrática y que redefina sosteniblemente nuestra relación con el medio ambiente, sino el anhelo por la vuelta a la vieja anormalidad ¿ sistémica?.

En la España del mundo al revés llevar banderas rojigualdas en todos los accesorios posibles es patriotismo, pero cubrir las necesidades de los compatriotas más vulnerables es comunismo-bolivariano.

En la España del mundo al revés el Ingreso Mínimo Vital es una paguita que fomentará la holgazanería, pero la herencia, social y económica, que reciben las clases pudientes - ese capital social sobre el que edifican sus vidas- es meritocracia y sus frutos son cultura del esfuerzo.

En la España del mundo al revés el liberalismo económico quiere la privatización de los beneficios, pero cuando las cosas vienen mal dadas siempre necesitan del dinero del opresor papá Estado.

En la España del mundo al revés los grandes empresarios se pasan el día pidiendo unas ayudas que se niegan a financiar via impuestos y que deniegan a los colectivos vulnerables.

En la España del mundo al revés, defender posturas keynesianas de demanda expansiva de gasto es ser de extrema izquierda, el discurso fascista es de constitucionalistas y defender los valores constitucionales de radicales social-comunistas.

En la España del mundo al revés la política es sólo comunicación y marketing, el discurso son tuits, el debate crispación, el dialogo una sucesión de zascas y el Congreso un plató de televisión.

En la España del mundo al revés la victoria en política no persigue la mejora de las condiciones materiales de los ciudadanos, sino la imposición del relato. Porque en la España del mundo al revés todo es mentira, salvo alguna cosa.

En la España del mundo al revés un Gobierno democrático es definido y vociferado como ilegítimo y totalitario si con eso se consigue erosionar su gestión y tratar de hacerlo caer a cualquier precio.

En la España del mundo al revés el discurso deleznable y reaccionario delas posiciones ultraderechistas es normalizado por los medios y asumido como normalidad democrática por una parte de la población.

En la España del mundo al revés buscar la crispación, la polarización y la división política y social es hacer oposición responsable.

En la España del mundo al revés se puede renunciar a una herencia no producida sin rechazar al verdadero legado que se deposita sobre la cabeza.

En definitiva, en la pugna por el relato que se impondrá sobre la crisis histórica que estamos viviendo l a escuela del mundo al revés tratará de hacer valer sus postulados. Habrá que combatirla. Porque en la España del mundo al revés se señala la luna y nos quedamos con el dedo. Y lo más importante, se omite el brazo en alto que lo sostiene. Por si acaso, aprendamos. Frente a la historia, la memoria.