La espera

Publicado el 18 septiembre 2016 por Airamtrushka @lmqecp
La espera. Piero Messina, 2015
Sin aliento
Hay una madre. Hay una joven de visita. Hay un hijo y un novio que les falta a las dos, cada una a su manera. Hay un espacio compartido, que se llena por esa ausencia y hay algo que duele, un poco más allá del argumento.La espera arranca con una imagen de piedad cristiana, y ahí se queda. Transcurre la historia y el recuerdo de esa imagen queda adentro de uno, esperando a ser encajado con algo que suceda, en cualquier momento.Jugando con golpes de música y con perspectivas bajo el agua que son realmente bonitas, consigue esta película que olvidemos, a ratos, que se nos está hablando de una tragedia. Por un momento es bonito ese estado de juventud inocente, esa flor de la vida tan vulnerable a todo que representa Lou de Laâge e inmediatamente, son bonitos sus pies mientras nada y su pelo revuelto. Nos intriga la tensión en la que nada, por su parte, el personaje de Juliette Binoche y la forma en la que manipula a esa jovencita a quien ha dado permiso para quedarse en su casa unos días.Pero sobre todo, nos deja doloridos el diálogo que se establece entre las dos mujeres, sin hablarse: una esperando y la otra reteniendo esa presencia, la del hijo, la del novio, el que no está.Una pensándolo como lo hacía la "belleza robada" que fue Liv Tyler según Bertolucci, ilusionada, expectante, ansiosa y confusa. Su novio.La otra, abrazando una colchoneta de playa de color rosa, para quitarle el aire, para tragárselo. El aliento de su hijo.