Por eso es importante mantener viva la esperanza.
Y, en tiempos de “crisis” como en el que estamos, es que se impone la necesidad de vivir la Esperanza activamente.
Ahora más que nunca, es la hora de la lucha activa. Sin cañones ni pistolas, pero sí con acciones ilusionantes, con iniciativas posibles y llenas de creatividad.
Estamos frente a una gran riada que nos quiere arrastrar. La sociedad ha perdido mucha confianza, tiene miedo a perder… “esas seguridades” del pasado que ya no pueden ser.
Y, por eso, es la hora de la lucha. De pelear por instaurar LA ESPERANZA.
La necesidad de soñar, de imaginar un mundo nuevo y diferente y mejor sigue estando en lo más profundo del corazón de los humanos.
Y es queriendo cambiar la realidad como lo haremos posible. No sin esfuerzo. Jamás renunciando a hacer realidad nuestros sueños (no vale bajarse del tren de la Historia).
Sea esta una invitación a vivir más auténticamente LA ESPERANZA. Que es lo mismo que a luchar por lograr por un mundo más pacífico, más igualitario, más justo, más fraterno, más humano.
Pero es que, además, nuestra vida (para todo el mundo) tiene sentido a partir de que sabemos qué hacer con ella. Porque, cada ser humano, tiene una “misión” que cumplir. Y, por ello, es importante que seamos conscientes de que somos necesarios, insustituibles, hasta imprescindibles; pues aquello que nos toca hacer (a cada una, a cada uno), si no lo hacemos… ¡quedará pendiente…!
No podemos perder la esperanza. Tenemos que, dando toda la importancia que tiene el optimismo, esforzarnos por vivir estando, siempre, esperanzadamente alegres.
La Esperanza es (tiene que serlo siempre) activa. Nunca es pasiva. Es motor de nuevas posibilidades. Es función utópica permanente: siempre hay más cosas por hacer. Es compromiso vital con la Historia de la Humanidad.
Y tiene que ser contagiosa. Si no sabemos contagiar lo que nos hace felices ¿a qué jugamos?
Vivir es transmitir vida: ser felices es compartir motivos de gozo, soñar con un Mundo Mejor… ¡tiene que ser todo un compromiso real por transmitir ganas de quererlo y buscarlo!
“La utopía es hija de la esperanza.
Y la esperanza es el ADN de la raza humana.
Pero ha de ser una esperanza creíble,
justificable y que actúa”.
Fuente: http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com/2012/12/la-esperanza.html
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