Más allá de la polémica, y por tratarse de un hecho con precedentes históricos ya que nadie ignora el caso de la oreja de Van Gogh devenida en cenicero, o las astutamente macabras creaciones de Ed Gein, y además por ser un aporte invaluable a la moda del reciclaje, ya aparecen los detractores que no sólo acusan al holandés de haber entendido mal cuando le dijeron que, dada la velocidad con la que avanza la tecnología, para inventar algo nuevo hay que meterle pata, y además de hacer comentarios relacionados con enchufar la lámpara en una zapatilla, han decidido tomar la iniciativa contraria, es decir, usar, como el marqués de Villalobar, objetos para suplir carencias del cuerpo, avalados por un confundido Pistorius y provocando la indignación en el gremio de ortopedistas.
Tal es el caso de un músico frustrado que desarmó la guitarra y el bajo para colocar las clavijas en lugar de los dedos que no tenía en los pies, produciendo un asombroso efecto ya que las piernas del muchacho elongan o relajan según la dirección en la que girara las clavijas. También salió a la luz el caso del mecánico que se colocó airbags en el lugar del carcomido pulmón derecho, produciendo un extraño fenómeno al toser. No menos sorprendente es el caso del lavaplatos de un bar que puso una virulana en el lugar de su ausente lengua, provocando irritación en la ahora ex esposa. O el del hombre que se colocó un espejo en el hombro porque extrañaba al hermano siamés.
Yo, para dejar a ambos bandos contentos, he decidido reemplazar mi cuerpo por uno ortopédico y donar partes del original para sorprendentes invenciones. Como sucede últimamente, la inflación es un obstáculo para las iniciativas novedosas, el costo de la ortopedia está por las nubes, de modo que, por ahora, he tenido que colocarme dentro de un playmobil, y al tener que compactar los órganos vitales para caber dentro del muñequito, casi no tengo espacio para las ideas, razón que explica los últimos posteos del blog.
El perturbado lector estará al borde del suicidio, no sé si por tener que soportar esta clase de posteos o por tratar de relacionar esta paparruchada con un tema futbolero. Induciré a que el gatillo fuese apretado por la primera opción porque la relación es muy fácil, y no tiene nada qué ver con recordar a Darío Silva ni a Lucas Viatri. El post está relacionado con Martin Hofbauer, el futbolista que le dio una patada a la humanidad demostrando que una pierna se pierde antes que la esperanza.