En su partida de defunción se la describió como “mujer pobre”. Anna Magdalena, segunda esposa del compositor Johann Sebastian Bach, murió rodeada de dificultades económicas que no quiso solventar malvendiendo los manuscritos de la obra de su marido. Cosa que sí que harían sus hijos. Tal era el amor que sentía Anna Magdalena hacía su pareja y el talento que lo consagró como uno de los compositores más famosos de la historia de la música. Es más que probable que esta soprano se casara por amor con el que entonces era un viudo con tres hijos muchos años mayor que él. Anna Magdalena no sólo fue una buena esposa y madre, sino que compartió con Bach su pasión por la música colaborando en la transcripción de sus partituras o incluso componiendo, como aseguran algunos expertos.Anna Magdalena Wilcken nació el 22 de diciembre de 1701 en Zeitz, Alemania en el seno de una familia de tradición musical. su padre, Johann Caspar Wilcken, era trompetista en la corte de Zeitz mientras que su madre, Margaretha Elisabeth Liebe, era hija de un organista. De su infancia no se conoce casi nada, aunque su vida posterior como soprano, nos hace pensar que Anna vivió siempre rodeada de música y que aprendería de su propio padre. Junto a Johann Caspar trabajó junto a su padre en distintas iglesias de la zona sajona.Cercana a los círculos musicales, Anna Magdalena conoció pronto a Johann Sebastian Bach. Viudo de su primera mujer, María Bárbara Bach, el compositor se fijó en la joven soprano, dieciséis años más joven que él. Cuando el 3 de diciembre de 1721 Bach se casaba con Anna Magdalena es más que probable que lo hiciera por amor. De manera excepcional, Anna Magdalena era una mujer independiente económicamente hablando, que se ganaba su propio sustento cantando. Que se casara con un hombre viudo, mucho mayor que ella y con varios hijos a su cargo, sólo podía ser por amor o admiración hacia el compositor. Lo cierto es que la nueva señora Bach le dio trece hijos, de los que sólo sobrevivieron seis. Además de dedicarse a sus hijos y a su propia carrera como soprano, Anna Magdalena se volcó en la obra de su marido, ayudándole a transcribir algunas de sus composiciones. Tanto se parecía su caligrafía que en algún momento se llegaron a confundir las plumas. Por su parte, Johann Sebastian amaba tanto a su mujer que le dedicó dos de sus famosos Cuadernos de música.Su hogar en Leipzig se convirtió en un importante punto de encuentro para los amantes de la música que disfrutaban de las veladas organizadas por los Bach. Anna estaba tan entusiasmada con la obra de su marido, que aprendió mucho de él e incluso parece ser que ella misma probó a componer. Piezas musicales que hoy día son objeto de estudio pues hay especialistas que aseguran que algunas de las obras firmadas por Johann Sebastian Bach fueron realmente compuestas por su mujer.Sea como fuere, cuando el 28 de julio de 1750 fallecía el gran compositor, Anna Magdalena Bach quedaría en una complicada situación económica. Con cinco hijos aún bajo su techo, uno de ellos con problemas mentales, y una herencia a repartir entre ella y los descendientes de su anterior matrimonio, la viuda de Bach se topó además con la indiferencia de estos, quienes siempre demostraron su hostilidad hacia la segunda esposa de su padre. Anna Magdalena Bach terminó sus días viviendo de la solidaridad de sus vecinos. A pesar de tener bajo su custodia muchas obras de Bach que, de haberlas vendido, le habrían supuesto un importante alivio económico, nunca quiso desprenderse de las composiciones de su marido. Tal fue su amor a Bach y a su música. Anna Magdalena Bach falleció el Leipzig el 22 de febrero de 1760.