Se oye mucho La Esquina. Quizá por su ubicación, porque donde está es tan visible que le puede ir en contra. Y eso es lo mejor. Cuando entras y ves que, una vez más, hay que quitarse todos los prejuicios y disfrutar de sitios céntricos, en plena Rambla, Plaza Catalunya o Paseo de Gracia. Definitivamente, después de las últimas experiencias, se acabó la “Barcelona para guiris” como una Barcelona cutre y de mala calidad llena de clichés.
La Esquina tiene una oferta diferente, para todos aquellos que les guste comer bien, de forma sencilla, con mucho respeto al producto y elaboraciones sencillas que potencian las caracterísiticas de cada uno de ellos. Huye de quererse parecer a aquellos locales algo estereotipados que parecen hechos con el mismo molde al que solo le cambian alguna pieza. Una decoración sencilla y cálida, moderna y polivalente como su oferta: cocina y café, a cualquier hora del día.
La visita fue a mediodía, un día laborable, junto con una gran cocinera que siempre aporta una prespectiva diferente a la hora de disfrutar de una buena comida: Gemma Biosca de Food and Cakes by GB, blog que sin duda tenéis que seguir si queréis leer y ver recetas de cocina que os inspiren.
La idea era una comida rápida, buena y ligera para ponernos al día y seguir con la jornada laboral y La Esquina era una muy buena opción por proximidad y para comprobar todo lo que hasta ahora habíamos visto y oído.
A mediodía no hacen menú, sino una fórmula diferente llamada Combi. Intentaré definirlo: son 3 opciones de tres platos cada una para que, escogiendo uno de cada categoría, te crees tu propia comida con el aporte nutritivo necesario. Normalmente incluye pasta o arroces, verduras, cremas, ensaladas y la parte de proteína con pescado y carne.
Ellos lo agrupan en ensaladas y verduras, carnes y pescados y pasta y legumbres. Puedes elegir los tres que quieras de cualquier grupo. Excepto repetir de carnes y pescados, aunque si prescindir de ellos. Particularmente elegí uno de cada y me “costumicé” mi plato combi: Ensalada de brócoli, chili ajo y limón; sardinas, olivas negras, alcaparras e hinojo y Pasta, calabaza, salvia y piñones.
Unas sardinas de buen tamaño enteras y hechas a la brasa. Es difícil que no me guste una sardina, debo reconocerlo. Estas también estuvieron a la altura si, además tenemos en cuenta que no es el momento de plenitud de este pescado. Aliñadas con las alcaparras y las olivas se convirtieron en una forma más de saborearlas. La ensalada me pareció muy original por su aliño dferente. Un pequeño toque de ajo nada cargante que el limón compensaba, haciéndola muy fresca. El brócoli estaba al dente. Perfecto para mi gusto.
La pasta también estaba en su punto de cocción y juraría que era pasta fresca como mínimo, si no era hecha por ellos. La verdad no lo sé, pero me gustó y teniendo en cuenta que siempre falta el queso en mis platos, era muy cremosa. Las tres raciones, si fueran solas, serían escasas, pero teniendo en cuenta que es un trío inseparable, el plato combinado es más que suficiente para una comida.
Mi compañera de mesa pidió tres opciones diferentes: Crema de Céleri, menta y avellanas; rabo de toro con puré de patata y Cous Cous con berenjena, especies, pasas y cilantro.
Todo tenía una pinta sana y sabrosa, tal y como prodigan. Poco puedo hablar, aunque metí el cubierto en cada uno para probarlos, era la comida de mi compañera y todo tiene un límite. De aspecto y sabor la crema de Céleri era muy vistosa y según los comentarios de Gemma, buena textura y sabor, como en el resto de las raciones elegidas.
El Combi de la Esquina incluye el postre, pan y bebida. Comimos con agua y los postres que elegimos, fueron el flan de queso con naranja sanguina y crumble de manzana.
El crumble potente, casi un plato más. No me esperaba una ración tan grande. No es que me importe, ni mucho menos, simplemente es para que lo tengáis en cuenta si vais y optáis por él. Muy bueno, pero lo veo mucho mejor para un brunch o un desayuno. Insisto, no me importó lo más mínimo, ya que aunque veáis mucho “crunch” debajo realmente había manzana.Este plato, en otro restaurante es posible que hubiera tenido un nombre diferente… ¿tatin crujiente de manzana deconstruida? a saber. En La Esquina sin trampa ni cartón. Del flan no comments, ahí no metí ni la cuchara…
De La Esquina se oye hablar, y es así porque se lo gana. ¿Está siendo mediático? Si. No es malo. Lo malo es otra cosa. En este caso es fiel a su idea: sencillez, producto y elaboración justa para resaltar la materia prima. Es lo que Alan Stewart, el chef londinense ofrece en este local después de haber empezado sólo con 25 años a meter la nariz en las cocinas. Ahora con solo 33 ofrece esta carta de temporada, cocina básica y tradicional que puede degustarse de esta forma los mediodías, a la carta a la hora de cenar o en Brunch los fines de semana. Fuera de este horario, siempre podrá visitarse para tomar un tenempié: unos benedict, bocadillo de albóndigas o alguna tosta, tarta o incluso helado.