Precio medio: 10-15€. Bravicas, 3,6; choquicos, 5,2; calamares, 6,25; morrico frito, 3,35. Montaditos de toda clase, de 1 a 1,5€. Croquetas, 0,85€.
Imprescindible: Pedir bravas y discutir. ¿Tomás o Esquinica?
Horario: De martes a sábado, de 08.00 a 24.00h. Domingos, de 08.00 a 16.00h.02.00h.
Teléfono: 933 58 25 19
Según Cultibar
Ahora, menos que antes dirán algunos, alberga una de los mejores bravas de Barcelona y una materia prima tapeística que se hace al momento, para que la espera que has sufrido haya valido la pena. Porque para entrar en "La Esquinica" se debe coger turno. Sí, como en los organismos oficiales. Démosle el título. Te habrán dicho que tienes para una hora y te habrán aconsejado qué hacer para matarla. Para los habituales, ya es tradición ir a por el número y volver a casa a ducharse. El sacrificio lo vale.
Hora y media de risas, vistazos, curiosidades y buena tripa, y volverás a sonreír con la cuenta. Diez euros por persona con dos cervezas por cabeza y un par de copas de Cariñena (te habrás querido integrar). Darás la mano a tu camarero -a tu guía local- al salir, saludarás a la réplica del Torico presidiendo en barra (la venerada estatua de una de las mejores fiestas de España) y, cigarro en boca en la puerta, aconsejarás a un grupo que mira con desprecio a la pantalla del turno. "No lo pienses, lo bueno se hace esperar".
La experiencia Cultibar
Llegamos con la idea de sentirnos en casa y salimos con las llaves. Recibimiento cálido, propio de aquellos locales con la suficiente personalidad para no verse influenciados por la característica manera de hacer del local barcelonés. Te avisa una fotografía del "Pastor de Andorra" sobre la barra. "El Serrat de las jotas". Talante.
Afortunados, es José María el que nos ofrece la mesa. Nos hace sentir clientes sin perder de vista todo lo que acontece a su alrededor. Canto de tapas, palmada en la espalda y naturalidad maña. Combinación ideal para confiar en todo lo que estaba por llegar. Las bravas dan la campanada. Vino de la tierra. Felices. Nos vamos con un calendario de "La Pilarica" en el bolsillo. Aquel día, creímos más que nunca.
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