La ‘estadismo’ económico del PP y la torpeza de ZP

“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones” | W. Churchill
Cuando los mercados aprietan y casi ahogan, cuando la bolsa continúa dando terribles sustos, cuando el país está en vilo ante la falta de confianza de los inversores en la solvencia española, cuando los pilares de la economía se tambalean todos los responsables públicos, sean del partido que sean, deben arrimar el hombro y remar en la misma dirección. Están ahí para eso. Entra dentro de su sueldo, que no es pagado por sus votantes sino por TODOS los ciudadanos.
Lo ha hecho la oposición de Portugal, que ha decidido apartar sus intereses partidistas para apoyar sin fisuras los presupuestos del próximo año, los más restrictivos en décadas y que representarán el paradigma de la lucha contra el desorbitado déficit público del país. Pero, mientras eso ocurre, el PP demuestra otro ‘estadismo’ paralelo, aquel con el que, cual justiciero, exige al Gobierno que diga la verdad. Lo hizo ayer el ‘estadista’ González Pons:

“Hoy sabemos que hubo ataques especulativos contra Grecia, pero Grecia había mentido. Ha habido ataques especulativos contra Irlanda, y parece que Irlanda va a tener que decir otra verdad que la que tenía publicada. Nos gustaría que lo que esté diciendo el Gobierno de España sea en todo momento la verdad. Y le exigimos que diga la verdad, que no mienta, según es su costumbre”

Y ante estas declaraciones tan graves, en las que pone en la picota a España sólo por el interés puramente político (confían en gobernar España con esta estrategia, aunque sea a costa de los ciudadanos), no caben muchas palabras. Sólo que los ciudadanos no nos merecemos representantes públicos de esta calaña, a los que no importa abandonar a su suerte al país con tal de sentarse en el sillón.
Y, al margen de esta irresponsable posición del principal partido de la oposición, el Gobierno no reacciona. Contempla, casi desde la barrera e impasible, cómo los mercados engullen a Irlanda y amenazan a Portugal. De los famosos PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) a los que señalaban los medios económicos internacionales hace meses, sólo quedamos los dos países ibéricos. Y ante esto, se debe tomar la iniciativa y llevar a cabo medidas contundentes que pongan sobre la mesa un liderazgo indudable, que restablezcan la confianza, más allá de enrocarse y aguantar el bombardeo, repitiendo hasta la saciedad el mensaje de tranquilidad (que se ha demostrado inútil en otros muchos casos) y de convocar a los 30 hombres más ricos del país para charlar sobre el futuro.
Y está claro que no es fácil, que los insaciables mercados no se van a conformar con medidas de artificio. Es el sistema que hemos construido entre todos, en el que la soberanía ya no radica en el pueblo, sino en unos entes superiores, con mucho dinero en juego, que, cual banca en el casino, son los que tienen la sartén por el mango. La desregularización que antaño nos hizo pensar a muchos que estábamos en la élite económica  hoy se vuelve con fiereza contra todos. ¿Es ese el sistema económico que queremos para el futuro? ¿Qué mundo quedará para las próximas generaciones? Ése es otro debate que habrá que retomarlo cuando haya pasado la tormenta. Ahora, la prioridad es cerrar todas las fisuras en la economía y evitar la catástrofe. Lo demás, hoy es secundario.
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Artículos publicados hoy en la prensa:
'Diez Negritos', de Vidal Folch en El País
'Sudores fríos en el Gobierno', de Juan Carlos Escudier en Público
'El bombardeo', de Ignacio Camacho en ABC