La estadística de la pobreza: cuestiones simples

Publicado el 20 enero 2013 por Eloy

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática de nuestro país (INEI), entre los años 2001 y 2010, la pobreza total pasó del 54,8% a 31,3% de la población. Es decir, la pobreza se ha reducido en 23,5 puntos porcentuales. Al parecer, todo un logro de los gobiernos de Toledo y García. Quiénes defienden el actual modelo de desarrollo económico no han perdido el tiempo en aprovechar estas cifras políticamente. Pues bien, ¿qué significan estas cifras?La metodología utilizada para obtener estas cifras son el cálculo de la línea de la pobreza. Esta metodología consiste en estimar ingresos monetarios a partir de una canasta de consumo dada de un año base. Se supone que esta canasta permite satisfacer un "mínimo" de necesidades básicas.Si estas necesidades están referidas a necesidades de alimentación, entonces la estimación del costo de esta canasta deriva en la línea de pobreza extrema (LPEx). De la misma forma, una canasta que además de alimentos incluya otros bienes, deriva en la línea de pobreza total (LPT). Luego, todos aquellos individuos que tengan ingresos nominales por encima de la LPT serán no pobres, si tienen un ingreso nominal por debajo de esta línea pero por encima de la LPEx, serás pobres no extremos; y finalmente, si sus ingresos nominales están por debajo de la LPEx serán pobres extremos.
Además, dado que periodo tras periodo los precios de los bienes que comprenden estas canastas varían, principalmente se incrementan; entonces es de interés tener estos cálculos ajustados a los nuevos precios, ya que la posición que ocupe un individuo respecto a estas líneas dependerá de la tasa de crecimiento de su ingreso nominal. Así, si un individuo se ubica con ingreso monetario de 253,5 nuevos soles para el año 2008 será considerado no pobre; luego si entre los años 2008 y 2009 su ingreso monetario aumenta en un 1% habrá caído su posición por debajo de la línea de pobreza para el 2009, por lo que será considerado como pobre.
Por otro lado,  dado que la canasta es la referencial, deben tomarse estos incrementos de precios como incrementos del gasto nominal tal que la capacidad adquisitiva se mantenga constante. Esto lo podemos ver en el segundo gráfico. Podría observarse en este punto una sobrestimación de estos indicadores, en tanto se calcula sobre una canasta fija y no contemple los efectos sustitución. Pero, esto no el punto, nuestra crítica está dirigida sobre la siguiente cuestión: ¿Deben ir a la par estos incrementos porcentuales de las líneas de pobreza y la tasa de inflación?
Dado que el IPC se calcula sobre una canasta de un consumidor promedio y en tanto que las "líneas" se calculan sobre canastas de consumo delimitadas a ciertos bienes específicos de consumidores pobres y pobres extremos; entonces no necesariamente ambas tasas deben ir a la par, la diferencia de las tasas indicaría la variación del costo de la canastas de bienes no consumidos por los pobres y no pobres extremos, o también puede entenderse como la variación de la posición relativa de los pobres y pobres extremos sobre el consumidor promedio de la economía.