La estrategia contra Wikileaks

Publicado el 19 noviembre 2010 por Reven

Julian Assange, la cara visible de Wikileaks, se mueve entre las sombras. Es una personas que no puede hacer publica su localización y tiene que tener cuidado sobre lo que se conoce acerca de sus movimientos. Sin ir más lejos en la entrevista que concedió al diario El País sus entrevistadores no conocían donde sería concretamente, solo la hora y la ciudad:

Cita amarrada, hora concreta, lugar secreto. El lunes, en Londres, a las 12.00. Así de escueta es la información del mensaje que nos entra en el móvil y que anuncia que por fin podremos hablar con el hombre que ha estado y está en el ojo del huracán informativo.

Entornos controlados para asegurar que no se consiga más información de la que ellos quieren dar. Una estrategia correcta y sensata en su situación: peligrosa se mire por donde se mire. Un equipo de 120 personas han integrado un gabinete de crisis en el Pentágono para contrarrestar los efectos de esta web. ¿Qué pueden estar haciendo? Seguramente una de las cosas que estén haciendo sin parar sea revisar los textos publicados en Wikileaks para encontrar alguna manera de atacarles legalmente, también estarán investigando todo lo que puedan sobre las personas cercanas a Wikileaks que ya conocen, filtrando la web en busca de cualquier cosa que usar, intentando cambiar el foco mediático a cualquier otra cosa que no sean las filtraciones y sobre todo, intentando sacar a Assange y Wikileaks del entorno controlado en el que se mueven durante el máximo tiempo posible. A este gabinete le interesa agitar el avispero.

Las denuncias por violación y acoso sexual que tiene Julián en Suecia pueden entrar dentro de esa estrategia. De esta manera pueden sacarle de su entorno, haciéndole ir a un lugar concreto a una hora concreta -que además sería pública con el consiguiente riesgo- y tenga que hablar sobre donde estuvo esos días en el país ya que tendría que presentar una coartada a los hechos que se le imputan. Tendrían que reorganizar su modus operandi o mentir como bellacos en el juicio, sino darían unos datos abundantes acerca de sus acciones (sin incluir los nombres de personas). Ambas cosas serían un punto a favor de los enemigos de Wikileaks, la teoría del montaje cobra fuerza.