El desierto del Sáhara es un lugar que, a primera vista, no parece demasiado variado geológicamente .
Así que te confías y vas navegando con el ratón por la zona, convencido de que no vas a encontrar nada interesante, hasta que llegas a Mauritania y dices "YEP".
Esto es la estructura de Richat o "el ojo de África", una formación geológica de casi 50 kilómetros de diámetro (tan grande que los astronautas orbitando alrededor de la Tierra la usaban como punto de referencia) que en un principio se creyó que era lo que había quedado tras el impacto de un asteroide, pero que terminó demostrándose que no.
¿Pero cómo no va a ser el cráter del impacto de un asteroide si tiene estructura circular y es enorme y bla bla bla bla?
Porque en una colisión de esas proporciones la energía liberada deja las rocas echas un desastre y eso no es lo que se observa en la estructura de Richat.
La corteza terrestre no está compuesta de una capa uniforme de roca, sino que su composición va variando con la profundidad dependiendo de las condiciones de cada punto de la superficie terrestre (o bajo ella), formando diferentes estratos.
En el caso de la estructura de Richat, el viento del desierto ha ido erosionando las capas deformadas y levantadas por el magma hasta dejarlas al nivel del resto del suelo, exponiendo los estratos que antes estaban enterrados.
Y, nada, os dejamos con una imagen por satélite bien hecha.