En La Vanguardia del 14 de este mes se resumía el informe que elaborado por el engendro España Global dirigido por la estúpida global conocida como Irene Lozano (la que afirmó que haber votado en el referéndum del 1-O era más grave que violar a una mujer), resumen que adjunto.
Hace tiempo que mantengo que en la política española no hay ni un solo político que tenga la más mínima intención de solucionar el conflicto con Catalunya, mientras son muchos los interesados en empeorar el conflicto porque la muy extendida catalanofobia proporciona muchos votos (en España hay muchos ciudadanos que votan a partidos sumamente corruptos porque valoran sus demostraciones de catalanofobia), y este informe es un gran ejemplo de que no me equivoco.
El informe está plagado de falsedades, mentiras y barbaridades, y su principal objetivo es convencer a políticos y periodistas extranjeros de que la mala imagen de España es debida a las mentiras del independentismo catalán, y no se les ocurre otra forma de hacerlo que con muchas mentiras.
El informe es una calumnia en casi todos sus apartados. Una de las primeras y más evidente es poner de ejemplo de la tremenda violencia independentista el “asedio tumultuario” al departamento de economía de la Generalitat del 20 de septiembre 2017, una manifestación de cientos de miles de personas en que no se produjo ni un incidente a pesar de varias trampas de la Guardia Civil como “olvidar” varias armas de fuego en sus coches, pero no mencionan que la manifestación fue controlada por los Jordis que finalmente mandaron a todo el mundo a su casa, y a pesar de ello llevan casi dos años en la cárcel, han sido juzgados por un delito que implica violencia que no solo no cometieron sino que probablemente evitaron, y sin duda serán condenados.
En cambio, niegan la violencia policial del 1-O hasta el extremo de afirmar, en las respuestas a preguntas, que varios policías fueron agredidos por los votantes. Afortunadamente, gracias a periodistas serios como los de la BBC, todo el mundo pudo ver la realidad de la brutalidad policial frente a simples votantes pacíficos.
Por supuesto, según el informe, en España no hay presos políticos, los políticos independentistas han sido juzgados por delitos cometidos en un juicio con todas las garantías. Este comentario no se traga ni como chiste, en el juicio no se ha podido demostrar ni uno solo de los delitos que se les acusa a pesar de que el juez rechazó pruebas contundentes de la defensa y apoyó las falsedades e incluso perjurios de la acusación, y las garantías no aparecieron por ningún lado.
En el informe se afirma “La ONU y el derecho internacional público reconocen el derecho de autodeterminación de los pueblos cuando han sido pueblos oprimidos o colonias, que no es el caso “. Simplemente falso, he mencionado varias veces que las Naciones Unidas proclamaron en 1966 el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que incluye el derecho a la autodeterminación en un texto que si algo está muy claro es que no se limita a territorios coloniales sino a los Pueblos del mundo, que fue ratificado por el Reino de España en 1977 y reconocido en la Constitución del 78, lo que denuncia otra falsedad cuando afirman que la Constitución española prohíbe la celebración de un referéndum de independencia a lo que tienen la desfachatez de añadir “como todas las demás en las democracias occidentales”, y para completar la animalada critican a David Cameron por autorizar el referéndum escoces y lo justifican con la asnada de que el Reino Unido no tiene Constitución, lo que no es un error sino tres porque ese es el número de leyes en que se basa el sistema político británico, que aunque no se llamen Constitución es la más antigua del mundo, porque la primera Ley es la Carta Magna de 1215 y las otras dos son de 1689 y 1928.
Como para justificar los referéndums en Reino Unido y Canadá, el informe hace un inmenso ridículo poniendo ejemplos de referéndums de independencia no autorizados en USA, Italia y Alemania, ejemplos reales, pero que tienen una diferencia más que sustancial con el de Catalunya que es apoyado por un 80% de la población catalana, lo que supone cerca de 5 millones de personas, mientras en los ejemplos que pone la estupidez global el más numeroso fue un intento de referéndum de independencia de Texas que apoyaban unas 100.000 firmas, con el agravante que Texas tiene una población cuatro veces mayor que la de Catalunya.
En otro párrafo del informe se refieren a las críticas recibidas porque VOX ha intervenido como acusación particular en el juicio al process, afirmando que España es un país tan civilizado que permite la acusación particular en el juicio y frente al juez, pero ¡¡Oh descuido!! Se olvidan de aclarar que a pesar de que se autorizó a VOX, es el juez quien decide si se autoriza o no la acusación particular, y en la mayoría de los casos, si no se trata de organismos públicos del Estado, se deniega.
Entre las preguntas se dan cinco razones por que no se ha efectuado un referéndum pactado en Catalunya y aparte repetir la falacia de que es inconstitucional las razones son de chiste malo.
Aunque las falsedades y barbaridades del informe son muchas y variadas, acabo mi comentario con lo que en mi opinión es lo peor del informe. Me refiero a su último párrafo donde se cantan las excelencias del sistema judicial español hasta atreverse a decir que España es uno de los países que mejor expediente tiene. Alguien debería advertir a G.R.E.C.O. (Group of States Against Corruption), que lleva emitidos varios informes muy negativos sobre la Justicia en España, que sus informes mienten como bellacos porque el sistema judicial español es tan perfecto que no tiene parangón.
Por supuesto que habrán lectores extranjeros que lo leerán y se quedarán como antes de la lectura, pero afortunadamente, en lo que se refiere al periodismo, en el resto de Europa el porcentaje de buenos profesionales es mucho más elevado que en España, y un buen periodista si quiere formarse una opinión sobre un informe como el de la estúpida global hace las correspondientes comprobaciones, en cuyo caso me temo que el resultado no será el que Borrell y la estúpida global esperan.