Picasso: El asceta, 1903.
(Museo pendiente de localizar).
«A VEces se EVApora la ideamientras lluEVE en el cerebro —o enel lugar donde resida el ALMA—y la vida se queda suspendIDAen el LIMBOque siempre hayentre D(i)OSrespiraciones»Lo leía en los «Terceros Puntos de Vista» firmados por un tal Siggurbes El Rojo, del que ya había oído hablar alguna vez. Intuía que, a poco que pusiera un interés de cierta continuidad, aquella pequeña tramoya, con todas sus evocaciones de vida bohemia al fondo, podría ser fácilmente desmontada. E incluso comprendida. Y justificada de ese modo la inclusión de una perspectiva llamémosla lirica en un contexto épico. Pero ¿a quien podría interesar de verdad la verdad del asunto? Bastante teníamos todos con seguir conquistando cada día un poco de ropa, de sopa, de estopa, y la dosis mínima necesaria de respiración. Ay, ma bohème!(LUN, 445 ~ «Picasso azul»)