En todo este tiempo, hemos experimentado grandes cambios en lo que significa buscar empleo, pero no necesariamente por la técnica utilizada, la cual considero que ha permanecido prácticamente constante.
Son los canales y las formas los que han cambiado manteniendo el fondo sin muchas modificaciones, incluso cuando hemos pasado de métodos tradicionales a hacerlo a través de las redes sociales.
También ha cambiado el resultado de la búsqueda, ya que la baja calidad de las posiciones vacantes han desembocado en una precariedad laboral extrema. Tanto así, que si hace diez años la meta era conseguir un empleo en el sector en el que se tenían estudios. Hoy en día los estudios casi no sirven para conseguir empleo, y por lo tanto la meta es conseguir un trabajo en “cualquier cosa”.
La tecnología y las redes sociales, como catalizadores del proceso de búsqueda, han conseguido polarizar y radicalizar los mercados laborales, haciendo más difícil tomar decisiones sobre si estudiar (primero) o tener claro qué estudiar (segundo) pasando por la tentación de emprender (tercero) viendo la dificultad existente de entrar en un mercado de trabajo cada vez más competitivo.
Creo que lo único que está claro, es que la planificación de una carrera profesional ha de pasar por un profundo reciclaje, que seguramente incluirá la adquisición de conocimientos 2.0 para luego integrarlos en una profesión previa.
En cualquier caso, les dejo con esta infografía (la primera de elaboración propia) que revela el camino que ha seguido la búsqueda de empleo, y el impacto que ha tenido “lo digital” en la forma de buscar, de forma que puedan estimar hasta donde nos han afectado todos estos cambios.