La "evolución" en los cómics

Publicado el 16 febrero 2013 por Jonathanstriker

Los cómics, al igual que el cine, la tv o la música, han cambiado mucho en los últimos años. Creo que estaréis de acuerdo conmigo en que eso es algo innegable. Así, entre los años 40 y 70, y al menos en la primera mitad de los 80, un cómic de 22 páginas rendía mucho, pero muchísimo más (al menos para mí), de lo que rinde un cómic actual. Y me explico: antes se contaban muchas más cosas por página. Un tebeo de grapa tenía, generalmente, un desarrollo (más o menos rápido), un nudo (más o menos rápido), y un desenlace (más o menos rápido). Es decir, la fuerza del mal solía empezar cometiendo algún tipo de tropelía. Llegaba la fuerza del bien, y tras darse ambos bandos un poco de leña mutuamente, el villano o villanos acostunbraban a poner piés en polvorosa, sinó terminaban directamente en chirona. Así de claro, y así de eficaz. Y a mí me gustaba, oye.
Pero llegó un momento, quizá a partir de los años 90 con la fiebre de Image y demás pesca, en que las cosas cambiaron radicalmente. Por un lado se pusieron de moda los héroes "oscuros", de dudosa moralidad y de procederes un tanto radicales, que decías tú: "¡Caray con el bueno, córcholis, como se le va la pinza!". Por otro lado también se pusieron de moda los villanos con ambiguas motivaciones, que en ocasiones te llevaban a pensar: "¡Caray, pues el tipo también tiene su parte de razón!". Y cuando querías darte cuenta ya era demasiado tarde, pues el individuo casi te caía bien, y ya no tenías del todo claro de que bando estabas.
Por consiguiente, las tramas argumentales comenzaron a enredarse hasta lo indecible. Se hicieron, en general, mucho más violentas, oscuras y complejas, y bajo cada una de tales tramas principales (y violentas, oscuras, y complejas), comenzaron a brotar, como si de champiñones se tratase, un sinfín de subtramas menores habilmente (bueno, no siempre tan habilmente) entrelazadas entre sí.
Esto conllevó una desmesurada ralentización de los tiempos, desembocando en el hecho de que una historia que antes contabas en las citadas 22 páginas de un grapa standard, ahora no podías contarla en menos de 80 ó 100 páginas, y de ahí para el norte. Tampoco hace falta ser un lince para darse cuenta que, en gran medida, la industria fomentó esta práctica para vender primero los grapas de rigor, y apenas seis meses después el obligado recopilatorio en formato prestigio. Así, los grapas con aventuras autoconclusivas comenzaron a ser rara avis en las estanterías de las librerías especializadas.
Por si todos esos cambios narrativos fueran poco, resulta que coincidieron en el tiempo -más o menos- con otros dos importantes cambios, esta vez estéticos: la tremenda inluencia del estilo Manga (que derivó en el llamado Amerimanga) y vino a terminar definitivamente con ciertos estándares de estilo imperantes hasta entonces, y la irrupción bestial del coloreado por ordenador, que acabó para siempre con el añejo color de la clásica trama de puntos.


Ejemplo de cómic recoloreado: obsérvese el antes y después.


Después, si aún encima sigues a un personaje con una línea regular de cierta continuidad, como es mi caso con Spider-Man (aunque también perfectamente aplicable a los lectores de cualquier otro personaje más o menos veterano), el lógico desgaste de los años, y la sobreexplotación de argumentos contados una y mil veces (por uno y mil guionistas de diverso pelaje), aportan el negativo añadido de que los guiones hayan perdido prácticamente todo su fuelle...

En definitiva: que la suma de los mencionados cambios (tanto narrativos como estéticos), en mi opinión ha dado lugar a un estilo de cómics que poco o casi nada tienen que ver con los que se publicaban hace 30 ó 40 años. ¿Qué pensáis vosotros?. ¿Cuales os gustan más y por qué?. Verdaderamente sería muy revelador conocer vuestra opinión al respecto. Personalmente (y aunque haya quién llegó incluso a acusarme de ser "hijo de mi época" y de no saber evolucionar con los tiempos), yo lo tengo muy claro. Sacando algunas honrosas excepciones "modernas", para mí no hay cómics como los de antes (aunque ojo, que también admito que antes existieran ciertos "churros", ¿eh?). Pero como digo, en general eran unos tebeos mucho más ingénuos, mucho más simples y mucho más coloridos. Sí, cierto... ¡pero es que así es como me parecen más fascinantes!.
Resumiendo: que considero que algo muy bonito se ha perdido en el camino, y que me parte el alma cada vez que veo como un lector imberbe dice que los tebeos de antes están "mal dibujados", o que "su argumento es un rollo".