¿A qué viene este post?Pues, que estoy cansada de leer la cantidad de cosas estupendas que se consigue gracias a la lactancia materna. En realidad estoy de acuerdo, que es lo más natural, que es lo más bueno para el bebé, pero también es lo más sacrificado y comprendo completamente a todas aquellas mujeres que deciden no darle el pecho, así como otras deciden dárselo.
Hay tantas cosas buenas para nuestros hijos... Y unos decidimos qué cosas son tan buenas que incluso sacrificamos nuestra vida para hacerlo, nuestro tiempo, etc. Pero veo mujeres que efectivamente les dan el pecho hasta el infinito y más allá y luego deja mucho que desear la educación que se se les dá.
Hoy leo un artículo y ya me ha saltado la alarma, el artículo decía: "Los bebés amamantados con leche materna tienen más éxito social".
Vamos hombre, no digas tonterías, ya es el colmo de los beneficios de la lactancia materna. Y me he empezado a imaginar frases como que la lactancia materna es tan buena que:
- Los bebés que la tomen serán los futuros empresarios
- Los bebés que la tomen serán los más sonrientes.
- Los bebés que la tomen serán los mejores del mundo
- etc, etc.
Que ya estoy cansada de oir cosas de este estilo y que insisto que yo le dí el pecho a Lola.Me acuerdo que mi vecina me comentó cuando Lola nació, que ella nunca le dio el pecho a su hijo, ya en el paritorio pidió la pastilla para que no le subiera la leche. ¿Y sabéis qué pienso? Que ole ole ole, por tenerlo tan claro. Me parece muy respetable esa decisión.
Cómo cuando se dice que la lactancia materna favorece el desarrollo inmunatario. Pues sí, seguro que sí, pero anda que no he visto niños de mucha teta, malitos a más no poder y niños de biberón muy sanos.
Esto lo digo por si alguna pobre mujer, reciente madre se plantea dar el pecho y lo intenta y no puede, pues además de ir a un grupo de asesoramiento, si es que quiere seguir intentándolo, que también existe la lactancia mixta y la lactancia de biberón. Y no pasa nada.
Es más os cuento que cuando a los 7 meses Lola empezó a rechazarme el pecho, me sentí fatal, muy triste y culpable. Empecé a pensar sólo en ese tema, y sacarme leche a tope, para que siguiera produciendo. Sin embargo, Lola se bebía el biberón contenta mientras yo después me sacaba la leche cansada y agobiada. Creo que la lactancia materna crea dependencia. Sí, como lo oís. Sentí que tenía que seguir y seguir. Hasta que un día ese chip cambió. Y pensé bueno pues ya no me saco la leche, voy a disfrutar de darle de comer a mi hija y no voy a ser una trastornada de la teta.
El biberón, si alguien decide darlo desde el principio, es respetable. Yo mirando hacia atrás tenía que haber dejado que mi marido le diera más biberones a Lola. Él se hubiera sentido mejor y yo, un poco más liberada.
Ahora me dirijo a todas las mujeres embarazadas o recientes madres y es muy fácil:
Hagáis lo que hagáis, lactancia materna o biberón, está bien. No pasa nada simplemente alimentar a vuestros bebés con amor, que eso es lo que realmente necesitan vuestros hijos. No serán peores, ni tendrán más enfermedades, ni nada por el estilo y sobretodo no dejarán de tener éxito social, que depende de otras cosas, como que les enseñéis el valor de sí mismos y estéis a su lado en los momentos difíciles.
Parte del éxito es esto y lo que nos queda: