Pues parece ratificarse en la condena: la infanta es absuelta y solo pagará una multa, es más, aún le deben dinero, en concepto de costas de unos 300.000 €, casi nada!!!!
Y es que, por lo visto para los tribunales, no importa si eres una persona con estudios avanzados, con una educación en los mejores colegios y mejores universidades del mundo, capaz de dirigir sociedades, ponerlas a su nombre y estar cualificada para estar en puestos ejecutivos o tener puestos de representación como ministerios…. Si eres mujer eres tonta.
Ana Mato otro ejemplo de mujer “que no enteraba” a pesar de que aparecían en su casa “regalitos” como un jaguar en su garaje. Y era la ministra de sanidad!!¡¡
El uso de ese cliché para librar una clase poderosa, dándole una inmunidad revestida de un falso manto de “justicia para todos igual”, haciéndonos creer que nadie se libra del estado de derecho. Sentencias más que preparadas “al gusto”con fiscales haciendo de abogados defensores de los acusados.
¿ Alguien pensaba que esto no acabaría así? Que la justicia es igual para todos es algo que esta lejos de producirse. Porque mientras se pueda meter en la cárcel a una persona que, estando en paro, encontró una tarjeta y la uso ilícitamente para comprar comida a sus hijos en un supermercado mientras que personas que siempre han tenido un privilegios institucionales y de clases, por el simple hecho de haber nacido, salen indemnes de grandes desfalcos de caudal público, que robarnos a todos y provocando aun más desigualdades sociales.
Pero seamos optimista y pensemos que esto pueda cambiar más pronto que tarde, aunque para eso aun necesitamos una consciencia social más profunda reflejadas en nuestros representante políticos y en nuestros mecanismos de justicia.