El colmo: la exdirectora general de la CAM, María Dolores Amorós, después de haber dejado una de las cajas de ahorros más grandes de España en la ruina y haber sido regalada al Banco Sabadell por 1 euros tiene la desfachatez de ir a los juzgados a recurrir su despido ante la justicia.
Y cómo no se salió con la suya ahora no sólo pide 10 millones de euros por despido improcedente. Sino que además reclama su pensión vitalicia de 369 mil euros.Toda esta es la recompensa que se ha ganado con el sudor de su jeta por falsear cuentas y manipular y ocultar información.Si la justicia de este país fuese justa en vez de los 10 millones de euros le caerían 10 años de cárcel, pero las últimas sentencias demuestran que el poder judicial de este país de pandereta tampoco es algo de lo que nos podamos sentir orgullosos.